Secciones
Servicios
Destacamos
El Ayuntamiento de Laredo ha vuelto a sacar a concurso la explotación de la piscina municipal un mes y cuatro días después de anular la primera licitación por un error en el convenio elegido para calcular los costes del servicio. El plazo de presentación ... de ofertas finalizará el próximo 29 de diciembre a las 10 de la mañana. El servicio sale por un periodo de cuatro años con un presupuesto base de licitación de 374.701 euros anuales, es decir, 1.222 euros menos que el precio calculado en la anterior convocatoria, que se lanzó el 30 de septiembre y se anuló el 21 de octubre.
El contratiempo se ha traducido en un retraso de casi dos meses a la hora de conocer si hay empresas interesadas en gestionar una instalación que lleva cerrada desde el 15 de junio de 2015.
De acuerdo con el plazo inicial, el 'día D' para conocer si había candidatas hubiera sido el pasado 4 de noviembre. Pero la advertencia de una asociación del sector del riesgo de incurrir en una irregularidad llevó a anular la convocatoria el pasado 21 de octubre. Mientras, desde el Ayuntamiento de Laredo se garantizó que la subsanación se haría en un plazo inferior a una semana aunque la demora se ha multiplicado por cuatro. Y en cuanto a la fecha clave para abrir los sobres, la marcha atrás se ha traducido en un salto de casi dos meses.
El contratiempo impedirá a la alcaldesa Rosario Losa cumplir con la última de sus promesas sobre la fecha de apertura de la piscina. Si inicialmente señaló el arranque del presente curso escolar como el horizonte para su inauguración, luego fue estirando sucesivamente los plazos, situando el ansiado corte de cinta en el día de Navidad.
Su último pronóstico lo hizo al anunciar la anulación del concurso. Y aseguró que el primer chapuzón llegaría para el día de Reyes. A estas alturas, Melchor, Gaspar y Baltasar ya serán conocedores de que no podrán nadar en la piscina de Laredo en su visita de comienzos de 2023.
Ahora habrá que esperar a que Losa aventure una nueva fecha, o se acoja a la estrategia de su concejal de Obras, Pedro Diego, que en este terreno lleva una trayectoria inmaculada, fiel a sus dos frases fetiche: «La piscina se abrirá cuando se pueda». Y «la piscina se abrirá lo antes posible».
Para que ambas sentencias se hagan realidad, tendrá que cumplirse un requisito adicional al de la adjudicación. El de la recepción de las obras. Que el pasado domingo cumplieron tres años desde su inicio, a pesar de que el plazo de ejecución era de doce meses.
La borrascosa sesión plenaria del pasado jueves, presidida por el edil de Obras en calidad de alcalde accidental, sirvió para obtener nuevos datos al respecto de la marcha de la operación de puesta a punto de la renovada instalación. Los trabajos llevan en la recta final desde la primavera. Lo que nadie explica es la longitud de la recta. Ni su pendiente. El último dato es que en estos días se va a proceder a realizar la prueba de hipocloritos, imprescindible para evaluar la efectividad de los nuevos equipos encargados de mantener de forma autónoma el nivel óptimo de cloro en la piscina.
El otro detalle que resta es el de la entrega de la documentación legal de las instalaciones por parte de la UTE Gicsa-Ceteco. Un trámite que, aparentemente, debiera resolverse de forma inmediata. Acostumbrados a los sobresaltos, la Corporación y los vecinos de Laredo contienen la respiración para ver si el fin de obra se verifica antes de las uvas con las que despedirán al 2022.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.