Secciones
Servicios
Destacamos
La presente campaña del bonito lleva camino de parecerse a las que se conocían hasta el año 2017, cuando los barcos perseguían a los túnidos hasta bien entrado el mes de octubre. «No creo que este año andemos muy lejos de estas fechas», explica César ... Nates, presidente de la Federación de Cofradías de Cantabria y patrón mayor de la Cofradía de Pescadores San Martín de Laredo. Lo dice mientras consulta las cifras en su ordenador. A fecha de ayer, miércoles, se habían capturado el 53% de las 18.126 toneladas asignadas a la flota española. Aún quedan por pescar 8.390 toneladas. Nada que ver con lo ocurrido un año antes, cuando la cuota disponible se agotó un 16 de agosto, festividad de San Roque, y puso fin a la pesquería. En 2020 el cierre llegó un 19 de agosto. Y en 2018, un 23 de agosto. Hay que remontarse al 2017 para encontrar el 13 de octubre como fecha de fin de campaña.
En las últimas semanas la media diaria de capturas había ido remontando respecto al arranque de la campaña a mediados de junio. En agosto se habían rozado incluso los 250.000 kilos. «Las medias habían repuntado, estábamos empezando a pescar bien, pero ha vuelto a bajar. El tiempo nos ha roto. Aunque haga buen tiempo en tierra, en la mar es el viento el que influye», señala. Las malas condiciones mar adentro han obligado a amarrar la flota de vivero, al igual que a las pequeñas embarcaciones de cacea. Sólo los grandes barcos de esta última modalidad se mantienen en el agua al margen de lo que depare el parte de vientos y oleajes.
El hecho de alargar la campaña tiene consecuencias distintas para cada tipo de arte. «En los de vivero los armadores vamos a gastar más dinero porque vamos a hacer más mareas. El año pasado a estas alturas ya estábamos cerrados, y ahora en septiembre seguiremos saliendo. Como armador me conformaría con pescar los kilos del año pasado», explica. La flota de cacea pequeña también se verá afectada negativamente. «No sé si serán capaces de pescar más kilos que el año pasado», sostiene. La otra cara de la moneda la representa la flota grande de cacea. «Estos barcos van a desembarcar más kilos», destaca.
A pie de lonja la buena noticia está en que los precios están siendo algo superiores a los de la campaña del año pasado. Algo que tiene que ver con la actitud de las conserveras, que tratan de garantizarse el género. «Aunque hay mucho bonito que va para fresco, la mayor parte va a fábrica. Ellos son los que marcan a el precio. El año pasado la media era de 3,60 euros el kilo. Ahora lo están pagando a 4,10», concluye.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.