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María José Martínez es vecina de Liendo, tiene 64 años y desde diciembre del año pasado convive con un diagnóstico: el de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). La enfermedad avanza rápido y salir de casa se ha vuelto ya imposible para ella por los problemas ... de movilidad derivados de su dolencia. Su vivienda, como la de tantos otros pacientes, no está debidamente adaptada a sus circunstancias actuales e instalar una plataforma elevadora es ahora la única opción viable para que pueda disfrutar del aire fresco más allá de las paredes de su hogar. El problema es que colocar un aparato de este tipo supondría un coste de 27.000 euros.
Por ello, un pequeño y solidario grupo de familia, amigos y vecinos de la localidad cántabra han tomado la iniciativa para recaudar el importe necesario para acondicionar la casa de María José antes de que la ELA siga evolucionando. Lo harán mediante papeletas solidarias a razón de dos euros por boleto. De hecho, la venta ya ha empezado y el interés de los vecinos por colaborar es más que notable. Si todo va según está previsto, las 10.000 papeletas que han impreso de manera gratuita, gracias a la colaboración de los bares de la localidad, se convertirán pronto en un ansiado elevador y también en una cesta de Navidad para el ganador de la rifa.
«Vamos a recorrer todo Liendo», explica Mercedes Helguera, una de las impulsoras de la propuesta. «Queremos pasar por los trece barrios del municipio y aprovechar los festivos para estar todo el día en la calle, también en otras localidades como Castro o Laredo», apunta. Su intención es vender las papeletas «lo antes posible», de manera que María José pueda disfrutar cuanto antes y por más tiempo de la instalación. Ella, por su parte, no pierde la sonrisa. Recuerda con un hilo de voz que en las pasadas Navidades empezó a «encontrarse floja». Perder la fuerza en las piernas fue la voz de alarma para dar con el temido diagnóstico. Ahora, su marido, José Manuel, la ayuda en todo lo que está en su mano, pero si no fuera por la ambulancia que la traslada hasta rehabilitación, María José no saldría de casa. Su día a día es moverse de la cama a una silla y, a pesar de contar en su domicilio con tres máquinas para mejorar su estado, no poder salir la consume.
El matrimonio vive en un bloque de pisos, por lo que, según detallan, «la instalación no se subvenciona y tampoco podemos pedirles a los vecinos de nuestra comunidad el dinero que cuesta». Por ello, el grupo que ha puesto en marcha la iniciativa anima a todos a colaborar.
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