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«Ha sido un año bueno para la cofradía, con cifras récord que nos hacen estar muy satisfechos. La oportunidad estaba ahí y hemos sabido aprovecharla». Así resume César Nates, el Patrón Mayor de la milenaria Cofradía de Pescadores y Mareantes San Martín de Laredo, ... el ejercicio que acaba de finalizar. Un año extraordinario en el que se han pulverizado los registros históricos -tanto de antes de la obra como de la época moderna- de un puerto inaugurado en 2011 y que recobró la actividad pesquera en el año 2013.
Los números hablan solos. Un total de 6,356.214 de kilos subastados en lonja, por un valor de 11,575.212 euros. En estas cifras destacan los más de tres millones de kilos subastados de bocarte, lo que equivale al 13% del total de la cuota. El bonito sumó más de un millón de kilos, representando el 7% de todas las descargas en la campaña a nivel nacional. Y el verdel elevó el registro a los 1,45 millones de kilos. Estas tres especies pulverizaron los históricos hasta la fecha.
Más moderados fueron los números de la sardina, con 100.000 kilos subastados; del relanzón, que fue casi testimonial; y del jurel o chicharro, que debido al cierre del caladero ha pasado de un millón de kilos a 400.000 kilos subastados.
Con estos datos, Laredo se sitúa como segundo puerto de Cantabria por volumen de descargas y ventas, sólo por detrás de Santoña. Pero lo la lonja pejina roza casi el milagro. Porque dispone de una diminuta cancha de apenas 400 metros cuadrados, que está previsto ampliar al doble en unas obras que han de salir a licitación y cuyo arranque se prevé para el otoño.
Como recuerda Nates, «cuando resulté elegido, la primera decisión que tomamos fue que no íbamos a decir a ningún barco que no. En el caso del bonito, empezamos poniendo la pesca a dos alturas, luego a tres alturas y, en los días de más volumen, lo hemos llegado a poner a cuatro». En el bocarte la pesca ha habido días que ha debido ser depositada en el exterior de la instalación.
«Con los medios que tenemos, hemos hecho más de lo razonable. Es un milagro», repite sin lanzar las campanas al vuelo. Porque en estas cifras hay una parte de azar, como la que determina que el bocarte este año se ubicó muy cerca de la bahía de Laredo, lo que animó a la flota de otros puertos a hacer uso de las instalaciones pejinas.
En la actualidad, la prohibición de la pesca del chicharro ha motivado que los barcos estén amarrados hasta marzo, cuando se inicie la costera del bocarte. Luego, a mediados de dicho mes, se aguarda al verdel. Pero la veda del jurel provocará, además, que una importante flota gallega que se dedicaba a él, se interese por el bocarte, lo que podría influir de forma decisiva en los resultados de los barcos. Porque aunque habrá más bocarte a pescar, al recuperarse tres millones de kilos que se impusieron de multa, el total se repartirá entre más.
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