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Ciento catorce años después de su inicio en aguas del puerto de Laredo, la Batalla de Flores tiene, por fin, un monumento en su honor. La escultura, obra del artista Roberto Orallo, evoca ese origen en el mar y lo conjuga con la esencia floral ... de la fiesta más entrañable para los laredanos, declarada de Interés Turístico Nacional, pero cuya fama trasciende fronteras. Su inauguración en la rotonda del IES Bernardino de Escalante sirvió para brindar todo el protagonismo a la obra de arte. Pero la foto de familia dejó en evidencia la soledad de la parte socialista del equipo de Gobierno que integran junto al PRC. Ninguno de los cuatro ediles regionalistas asistió al acto. Desde la oposición acudieron Adelia Melero (SSPL) y Ramón Arenas (UxL) mientras que el resto se ausentaron para escenificar su disconformidad con la forma en la que el equipo de Gobierno ha gestionado la selección y adjudicación de la obra.
A pie de rotonda comparecieron Roberto Orallo, la alcaldesa Charo Losa y sus tres compañeros del PSOE, junto a la secretaria de organización Noelia Cobo, además de carrocistas y ex carrocistas de distintas épocas de la Batalla de Flores. Orallo explicó que su obra es una fusión entre pintura y escultura para rendir tributo a la fiesta laredana. «He querido significar en la parte inferior la quilla de una embarcación, y arriba unos velámenes donde se simbolizan varias cosas como la cadencia de las olas». En esas velas van las flores pintadas por él a mano y serigrafiadas directamente sobre las planchas metálicas.
El artista ha destacado que «no he metido figura humana porque creo que está detrás de esas flores», en alusión a los carrocistas, a quienes ha dedicado esas creaciones «porque son tan vuestras como mías». Orallo desearía que «cada año, cuando llegue a celebrarse la Batalla, pongan flores alrededor de la obra, para que le den vida y sientan lo mismo que he sentido yo queriendo tanto como os quiero. Esta es una obra única y es para ustedes. Os quiero», concluyó emocionado. Para él ha sido la mayor ovación de la jornada.
Por su parte, la alcaldesa Charo Losa, ha recordado que «Laredo cierra una deuda pendiente». Tras apuntar que «Laredo rezuma arte», ha subrayado que «no caben más batallas que nuestra batalla de flores». A continuación, los dos centenares de personas que estaban refugiadas del sol en la Alameda del Bosque, han accedido a la zona de la rotonda para posar en una foto histórica.
Muchos de ellos lo hicieron con emoción, en recuerdo de sus allegados ausentes y para los que la Batalla significó mucho en sus vidas. También los hubo más inquietos y curiosos. Incluso hasta el punto de cuestionar la idoneidad del emplazamiento, por el posible deslumbramiento que pudieran sufrir los conductores en días soleados como el de ayer.
La mayoría de los asistentes ha elogiado la obra. Aunque también hubo quienes no disimulaban su falta de entusiasmo. Para gustos, los colores. Lo que parece no tener fin es el carrusel de presuntas irregularidades en torno al contrato de adjudicación del monumento. Ayer se corrigió el importe, que quedó en los 114.097 euros IVA incluido, tras verificar que el tipo aplicable era del 10% y no del 21%. A ellos hay que sumar otros 27.624 euros imputables al acondicionamiento de la parcela.
Y es aquí donde ha surgido un nuevo punto de fricción. El concejal de Unidos x Laredo, Ramón Arenas, ha registrado un escrito en el que insinúa un «presunto fraccionamiento» del contrato. Para ello, esgrime que en el pliego de condiciones se establece que en el contrato no caben lotes. A partir de ahí, sostiene que, según la documentación técnica del proyecto, éste incluye, a modo de trabajos previos, la ejecución de una zapata de hormigón, la excavación en el terreno y el desescombro en punto limpio. Precisamente esa zapata de hormigón es el trabajo principal de la obra de acondicionamiento de la rotonda que forma parte del segundo contrato. Cuestión por la que Arenas solicita a la alcaldesa «que se emita un informe por la secretaría municipal o técnico competente donde se recoja si se ha producido o no un fraccionamiento del contrato», y que «en el caso de que se haya producido, se adopten las medidas necesarias para subsanar la ilicitud».
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