Las Panchoneras entonan las marzas más pejinas

Entre uno y otro punto, casi una decena de paradas con una legión de seguidores que lo mismo se adentraron tras ellos en el mercadillo como serpentearon hasta la plaza de Cachupin camino de la plaza de la Constitución. El auditorio agradeció la pegadiza tonada: «Y aquí están las panchoneras para bien cantar las marzas, como cantan las sirenas cuando despiertan al alba. Pues llegó la primera, ea resalada, y los corazones cantan».

Ataviados tal y como manda la tradición, la vestimenta de inspiración montañesa incorporó guiños netamente pejinos como el carpancho con el que antiguamente se acarreaba la pesca para vocear su frescura en plazas y mercados. Tampoco faltó la tradicional carroza que, en esta ocasión, reproducía la fachada del antiguo Ayuntamiento con distintas estampas marineras.

La Batalla de Flores tampoco podía faltar en un evento asociado al anuncio anticipado de la primavera y, con él, al despertar de la naturaleza en forma de explosión cromática y de fragancia. Con inequívocas alusiones a la recién iniciada costera del bocarte. «De muy negros nubarrones los cielos se han despejado, prepárate marinero, las olas besan tu playa, susurran, te están llamando, prepara redes y barcas».

A pesar de que la jornada del domingo estaba repleta de reclamos y alicientes en la villa pejina, la bonanza del tiempo permitió que cada vez que se hacía un corrillo para entonar las coplas fueran decenas las personas arremolinadas para escuchar. Y así se enteraban de que, según esta partitura «Como cantan los poetas, como pintan los pintores, como pregonan al alba los pajarillos cantores, así son los marineros, ea resalada, cuando van a sus labores. Echa las redes al hombro, marinero de Laredo, que aquí está ya la costera. La mar será tu sustento, la brisa tu compañera, tu amor una marinera».

Al final del tránsito por las calles pejinas, la treintena de integrantes del coro, reforzados para la ocasión por los piteros de la agrupación de danzas 'Virgen de Palacios' de San Miguel de Aras, se dieron un pequeño homenaje con una comida popular. Sólo dos años han fallado a su cita. Una, por indisposición del propio Fonsito Oruña. La otra, en 2021, por la pandemia del coronavirus. «Costa Esmeralda, preciosa. Noble espejo de la luna. En ti tengo mis amores, mi barquilla, mi dulzura. En el puerto de Laredo, ea resalada, una niña que me mira. Laredana ay, laredana, retrecherita y morena, rosa de la primavera, eres la flor que ha nacido en la playa y entre la arena. Linda alondra soñadora. Oh dulce amor el que siento, avecilla dulce y mansa, beber quiero tus amores, para dar fin a mi ansia, laredana de mi vida , ea resalada, marinera de mi alba».

Pero el año pasado se armaron de mascarilla y valor y arreciaron en sus cantos para compensar los meses de silencio impuesto. Los más afortunados pudieron tirar en aquella sequía cantora de la discografía de las Panchoneras. En concreto, de su álbum, 'Susurros de la mar', cuyos propietarios ya saben cómo finaliza el canto. «Se visten de primavera los campos de la Atalaya, Alameda, monte y playa.En ti despuntan las flores, que adornarán la Batalla. Margaritas y claveles y dalias bien perfumadas, que ya exhalan sus perfumes, ea resalada, ay Laredo de mi alma». Y así hasta dentro de un año.