«Con la pandemia, los policías locales nos hemos involucrado más, nos hemos vuelto más sociales»

–¿Cómo ha sido la evolución de un cuerpo como el de Policía Local desde 1985, cuando usted llega a Laredo, hasta diciembre de 2021?

–La evolución ha sido abismal. Cuando llegué simplemente había que aprobar una oposición y a patrullar. Eran los veteranos los que te enseñaban. Eso ha evolucionado muchísimo. Ahora, hay que aprobar la oposición y después se pasa a la Escuela Regional de Policía Local, donde aprenden y salen con una formación más importante que la que teníamos en su día. Cada vez se nos exige más formación a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y estamos consiguiendo tenerla. Tengo que recordar aquí a Emilio Laborda, uno de los fundadores de la Escuela Regional de Policía Local, que fue quien planificó toda la formación.

–En los últimos años se han sucedido las quejas por la falta de agentes en las plantillas de las policías locales. ¿En que situación se encuentra la pejina?

–Las plantillas de las policías a partir de 2019, cuando entra en vigor la posibilidad de prejubilarse, empiezan a tener problemas de falta de personal. El caso de Laredo es igual al de otras localidades como Santander. Hoy mismo (por el jueves 30), se ha firmado la oferta pública de empleo para 2022 y figuran cinco agentes. Esto es muy importante de cara al futuro. La plantilla que debe tener Laredo para una población de 11.000 habitantes, es de 29 agentes. Aunque ahora son menos, se está intentando cubrir las vacantes y por eso la incorporación de cinco más.

–Volviendo la vista atrás, ¿cuáles han sido los mejores y los peores momentos de su carrera?

–Los peores han sido los dos últimos años. Han sido años muy duros, en los que hemos trabajado mucho para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Lo bueno, para mí, ha sido la formación que hemos ido adquiriendo. En Laredo hemos sido pioneros en hacer atestados de circulación. Y también en hacer controles de drogas en la conducción.

–¿Ha cambiado el trabajo del policía local en todos estos años?

–Aunque la función está clarísima, desde que entramos a ahora el trabajo ha variado terriblemente. Cuando yo entré, prácticamente eran serenos. Poco después, llegó el problema de la seguridad ciudadana derivada del tráfico de drogas. La muerte de muchos jóvenes por las drogas marcó a los agentes de las promociones del 85, 86 y 87. En aquel momento la heroína estaba haciendo estragos y todas semanas teníamos detenciones por tráfico de drogas y por delitos contra el patrimonio. Esto ha ido mejorando hasta niveles óptimos en cuanto a seguridad ciudadana.

–Ha estado a las órdenes de distintos alcaldes. ¿Guarda un recuerdo especial de alguno de ellos?

–He aprendido de todos. Desde el que depositó su confianza en mí para dirigir la Policía Local, Juan Ramón López Revuelta, a la actual alcaldesa, Charo Losa. Por encima de todo se trata de llevar a cabo el mandato de jueces y fiscales y siempre me he llevado muy bien con todo el estamento.

–Al repasar su trayectoria profesional, ¿se dice en algún momento: esto debería haberlo hecho de esta otra forma?

–Somos humanos, lo tengo muy claro. No me arrepiento de ninguna decisión porque siempre he tratado de beneficiar a la ciudadanía. Otra cosa es que se pueda entender una decisión. Se legisla para todos. Me siento tranquilo, pero hay que tomar decisiones que son muy, muy duras.

–¿A qué retos se enfrenta la policía local en 2022?

–La pandemia ha trastocado a todo el mundo y por eso tenemos que tener mucho cuidado. Los agentes nos hemos involucrado mucho más. Hemos llevado alimentos a los necesitados, medicinas a los mayores... nos hemos vuelto más sociales. Los nuevos agentes tendrán que intentar por todos los medios hacer entender cuál es nuestra función. Deben estar informados sobre lo que ocurre y que la gente sienta que estamos ahí.