Los partos vuelven a Laredo

El Hospital Comarcal de Laredo restableció ayer la cartera de servicios de atención al parto, temporalmente interrumpida desde el pasado 4 de abril con motivo de la creación de un área de cuidados críticos (con cinco camas) para dar cobertura a las necesidades asistenciales de los pacientes contagiados por el Covid-19, que no se ha utilizado finalmente gracias al progresivo descenso del número de casos.

A pesar de derivar los partos (en mes y medio han sido 35) al Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, el hospital pejino ha mantenido durante este tiempo la atención de partos inminentes (aquellos que por su inmediatez no se podían derivar), el último de ellos en la madrugada del pasado miércoles, y también ha programado una cesárea gemelar.

Ayer, en la primera jornada de restablecimiento del servicio, el centro laredano -que ostenta la reacreditación internacional IHAN (Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia) como centro sanitario que protege, promociona y apoya la maternidad, la lactancia materna desde el nacimiento y el contacto 'piel con piel'- atendió un parto. En concreto, el de Milda Micanora, que dio a luz a su tercer hijo, Bruno, que nació a las tres de la madrugada y pesó 3,8 kilos.

Eran las tres de la tarde del pasado jueves, cuando esta vecina de Castro Urdiales rompió aguas. «Como no tenía contracciones esperé hasta las seis y media de la tarde para ir al Hospital de Laredo, que era donde yo quería que naciera el niño, ya que me habían dicho que hoy (por ayer) volvían a atender los partos aquí».

A su llegada y tal y como establece el protocolo, a Milda le realizaron la prueba del Covid-19, que dio negativo, y se quedó ingresada allí hasta que dio a luz de madrugada. «Me dijeron que no hacía falta ir a Valdecilla y la verdad es que me quedé más tranquila porque quería tener a mi hijo más cerca de casa. Después de una cesárea y otro parto, Bruno salió de tres empujones», comenta, al tiempo que dice estar prácticamente recuperada a la espera de poder recibir el alta mañana.

El hecho de que Milda fuera la primera en dar a la luz con la vuelta del servicio de partos al hospital pejino, hizo que toda la atención se centrara en ella. «Me han tratado genial. Ha sido un parto bonito. Al estar sola me he sentido como un reina. No tengo más que palabras de agradecimiento. Todo estaba muy limpio. Nos han dejado en una habitación solos».

El único inconveniente al que hace referencia esta vecina de Castro es que tuvo que dar a luz con la mascarilla. «La tuve que tener puesta en todo momento y con el calor se hacía algo incómodo».

Su marido Víctor -que comenta que su hijo mayor Eduardo (16 años) nació en Paraguay (de donde es su mujer) y su hija Victoria (13 años) en Cruces- reconoce que les daba un poco de «respeto» todo lo que conlleva un parto en un hospital en medio de la pandemia del coronavirus, «pero una vez que estás aquí no piensas en nada». «Bruno se parece mucho a su hermana. Es muy guapo, tiene buenos mofletes y mucho pelo», describe Víctor, que olvida la falta de sueño enviando fotos y vídeos de su nuevo hijo al grupo de whatsapp familiar. «Para sus hermanos va a ser como un juguete con vida».

Por su parte, el personal del área de partos no podía ocultar ayer su satisfacción por recuperar el servicio, a pesar de que desde el pasado 4 abril han tenido que atender tres partos inminentes y una cesárea gemelar. «Estamos muy contentos y satisfechos porque esto supone volver a la normalidad», apunta Rosa Portilla, directora de Enfermería. Según detalla, hay un protocolo de recogida de muestras Covid en la semana 40 y 41 de embarazo. Y en el caso de aquellas mujeres que acudan a dar a luz sin haber pasado esta prueba se le realiza una PRC rápida, cuyos resultados están en una hora. Tanto si el resultado de la prueba es negativo como positivo el parto se atiende con «normalidad», aunque en el segundo caso habría que hacer la prueba al padre.

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