Secciones
Servicios
Destacamos
Unos se quedaron con el eco de las albarcas al impactar con las rúas empedradas de la Puebla Vieja pejina. A otras les impresionó el colorido de los pañuelos anudados al cuello. Los hubo que alucinaron al ver de cerca su primer cuevanuco. Aunque lo ... más difícil de evitar fue vibrar al son del pitu, los tambores, panderetas y gaitas que amenizaron la XIX Concentración de Trajes Regionales de Cantabria organizada por la Asociación Son de Laredo.
Hasta 170 hombres y mujeres comparecieron con un espectacular repertorio de vestimentas características de la Montaña hasta bien entrado el pasado siglo. Hoy son pequeñas joyas bordadas con derroche de mimo y laboriosidad por sus propios portadores. Una forma de contribuir a perpetuar en la memoria la forma en la que nuestros antepasados afrontaban los días de labor y las grandes ocasiones.
La de Laredo es ya una cita imprescindible, que este año lleno de retornos tuvo como principal novedad su retraso respecto a la fecha tradicional, en torno a la festividad de San Antonio. Una anécdota que sorprendió a los más puestos en cuestiones del folclore. Pero que no restó un ápice de brillantez a una cita que desbordó esencias montañesas.
Desde Campoo al Saja, desde San Vicente de la Barquera a Los Corrales de Buelna, los asistentes impregnaron de autenticidad unas calles donde laredanos y turistas acogieron con regocijo el paso de tan singular comitiva. Tras asistir a misa en Santa María de la Asunción de Laredo, los distintos grupos adoptaron la formación de gala para lucir con esplendor durante su deambular por las calles pejinas. De la Puebla Vieja al parque de los Tres Pescadores, tiempo tuvieron para convertirse en el principal reclamo de los teléfonos móviles elevados al aire para inmortalizar el momento.
En torno al monumento a la Panchonera la alcaldesa de Laredo, Charo Losa, y una integrante de Son de Laredo efectuaron una ofrenda floral en memoria de aquellas mujeres cuya trayectoria es testimonio de lo dura y sacrificada que es la vida en torno a la mar. Un homenaje que tuvo su continuidad con la interpretación por el coro ronda 'La Esperanza' de Requejo de distintas tonadas de inconfundible sabor marinero. Con ese «Pescadores, de la costa verde y bella» con la que Manuel Carrizo compuso un himno de insuperable emotividad.
Finalizadas los bailes y cantos, todos los asistentes fueron agasajados con una sabrosa marmita, elaborada por los anfitriones de Son de Laredo y servida en el Polideportivo. Un cierre de altura para un encuentro que ya cocina a fuego lento la edición en la que cumplirán dos décadas de rendir culto a esos modos y costumbres que en su día hicieron grande a la Montaña.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.