Secciones
Servicios
Destacamos
Atesoran en su memoria recuerdos de un valor incalculable. Vivencias irrepetibles de tradiciones y hábitos cotidianos a los que la pátina del tiempo ha despojado de sentido práctico.
Fueron niños y niñas en las rúas de la Puebla Vieja. Una zona cero pejina que ... marcaba los límites del Laredo más bullicioso y activo. El de los humildes hogares de los pescadores. El de sus tascas donde saciar la sed y tomar la parva de aguardiente antes de embarcar para ganarse el sustento. El de las oscuras carbonerías, los ultramarinos de exótica mercancía y las cuadras que, muchas décadas después, fueron reconvertidas en disco bares.
A falta de que sean las piedras las que hablen, serán los vecinos que nacieron y se criaron en este enclave en la primera mitad del siglo pasado quienes pongan la banda sonora a un delicioso viaje en el tiempo. El salón de actos de la Casa de Cultura Doctor Velasco acogerá mañana jueves, a partir de las 19.00 horas, el estreno de un documental llamado a colarse en los primeros puestos del ranking de los más apreciados por sus paisanos.
La iniciativa es de la Asociación de Amigos del Patrimonio de Laredo. Su ejecución material corresponde a Estudios Vimagit. Y en el papel de estrellas del celuloide, dieciséis hombres y mujeres que se han emocionado, han guardado tensos silencios y han estallado en carcajadas mientras accedían a compartir esas experiencias alojadas en el alma como tatuaje sentimental indeleble.
El ejemplo de asociaciones culturales como La Jila, con Tono Reguera y Rodrigo Miguel al frente, inspiraron esta producción que se ha ido cocinando a fuego lento. Una apuesta por atrapar en formatos sonoros y visuales los testimonios de quienes protagonizaron en primera persona tiempos que la vorágine de la época actual se empeña en situar en la prehistoria, a pesar de remontarse a apenas tres generaciones.
Las manecillas del reloj ilustran el órdago a un legado vital que merece la pena ser rescatado del olvido. Una época donde el agua se obtenía en la fuente, a falta de grifos domésticos. Donde las vecinas ejercían de matronas y la cueva de los Santos, allá por el Pelegrín, era el lavadero más cotizado para un ajuar de quita y pon ajeno a las modas.
Tiempos de matrimonios con hasta seis hijos instalados en buhardillas de calambres imposibles, porque la única luz disponible era la de los viejos candiles. Años de carros, burros y mesetas en las que se transportaban los cestos con la pesca así como los cántaros de leche recién ordeñada.
Décadas donde cada estación tenía sus rituales y sus cánticos, en una villa que el azar dio en bautizar con tres notas musicales, en atinada metáfora de la pasión cantarina de sus gentes. Todo ello saltará a la luz en un montaje cuya hora de duración resultará escasa para saciar la curiosidad de quienes apenas logran hacerse a la idea de aquel de Laredo de antaño. Otros tiempos desgranados en un ir y venir de voces convertidas en relato que usa al guía local Fernando Baylet como hilo conductor para introducir las distintas tramas.
Material de primera para un documental que los socios de Amigos del Patrimonio recibirán en un pendrive. Y que el resto podrán consultar en el perfil de youtube del colectivo que preside Tinuca Revolvo. Un grupo de apasionados de Laredo que se plantean incluso subir a las redes una versión extendida, casi íntegra, de las más de siete horas de conversaciones recopiladas en lo que vendría a ser una propina inesperada para quienes gustan de recrearse escuchando relatos basados en hechos reales contados por sus propios protagonistas.
Ellos son la razón de ser de expresiones como las 'casas de quiero y no puedo', aquellas que se hicieron en el primer ensanche hacia la playa, junto a las viejas casas de piedra pegadas al puerto y cuyo precio inaccesible dio lugar a tan redonda expresión. Su testimonio activará de modo inevitable la melancolía. Y se convertirá en un material precioso para que las nuevas generaciones puedan degustar aquel Laredo del que sólo guardan pequeños retazos a modo de puzzle imposible cuyas piezas, ahora, adquirirán un nuevo sentido.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.