La Puebla Vieja de Laredo agota otra legislatura sin encauzar su futuro

El fracaso del nuevo Plan Especial, que no verá la luz tras meses de trabajo de un equipo redactor al que formalmente aún no se ha cesado, asoma como el principal daño asestado en el presente mandato a la zona cero pejina. Sin él, sigue sin actualizarse la hoja de ruta normativa que evite que el conjunto ahonde en su deriva de deterioro y ruina.

De otro lado, hay que recordar que a la Puebla Vieja de Laredo no ha llegado ni un sólo céntimo de fondos europeos. Cierto es que ha habido gestiones para que la rehabilitación de la antigua casa del Merino recibiese un espaldarazo a través de las subvenciones a edificios públicos. Pero el proyecto fue rechazado por no adaptarse a los requerimientos. La inexistencia de una oficina municipal antifraude ha condicionado la llegada del dinero de la UE gestionado directamente por el Ayuntamiento.

Para rematar el panorama, tampoco la iniciativa privada ha promovido ningún proyecto de rehabilitación susceptible de ser subvencionado por el maná comunitario. La maraña de problemas a desentrañar entre quienes ostentan títulos de propiedad sigue siendo un escollo insalvable.

Mientras tanto, en el día a día se han registrado importantes retrocesos. Como el regreso del tráfico rodado de no residentes a sus calles. La Puerta de la Blanca es un coladero diario de vehículos. El pivote que impedía el paso lleva desaparecido más de un año y la señal de dirección prohibida tiene cero efecto porque carece del complemento sancionador que recoge la ordenanza.

«No pensaba que la situación era tan complicada», reconoce Antonio Bocanegra, actual concejal de Patrimonio y Puebla Vieja. Acostumbrado al mundo de la ingeniería y el urbanismo, lo que ha visto en este entorno «supera todo lo que yo había conocido». Y resume: «El de la Puebla Vieja es primero un problema social, y luego un problema urbanístico y económico. Lo que hace falta es ir poco a poco y dar pasitos para ir hacia adelante».

En el apartado de pequeños avances, cabe reseñar la rehabilitación de la cubierta de la iglesia de Santa María, con una modélica actuación a tres bandas entre Obispado, Gobierno de Cantabria y Ayuntamiento de Laredo. También asoma la exitosa puesta en marcha del antiguo Ayuntamiento como sala de exposiciones.

Bocanegra sitúa del mismo modo el plan Repuebla como otro de los logros positivos. Tras dos años de trabajo, la empresa Tecnalia está a punto de entregar las conclusiones finales. «Están haciendo un trabajo estupendo y el Ayuntamiento de Laredo va a recibir ideas de actuación para que, cuando surjan oportunidades, tenga claro lo que se puede implementar».

En el terreno administrativo, en febrero del año pasado se dio a conocer un convenio entre el Ayuntamiento de Laredo, el Gobierno de Cantabria y el Gobierno de España para desarrollar un Área de Regeneración y Renovación Urbana (Arru) que al parecer sigue en pie, a la espera de resolver los últimos trámites para arrancar en la plazoleta del Marqués de Albaida.

Finalmente, el desbloqueo al desarrollo del solar de las Casas de los Hierros por parte de la iniciativa privada, dotará a la Puebla Vieja de una solución de accesibilidad entre la calle del Paseo y la Ruamayor.