
Ver 9 fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver 9 fotos
La reciente marcha de amarristas del vecino puerto deportivo de Guecho era el arreón final que la marina de Laredo necesitaba para llenarse de barcos: ... quince años después de su inauguración, y tras sobreponerse a todo tipo de obstáculos, hierve de actividad. La infraestructura, que nació entre críticas por su tamaño, desproporcionado para los detractores del proyecto, se ha convertido en un polo de atracción de navegantes, particularmente vascos y franceses, que encuentran allí buenas instalaciones, todo tipo de servicios y precios mucho más baratos que en otros puertos cercanos.
De los 1.044 amarres de que dispone el puerto, apenas un 8% permanece libre, según explica la directora general de Puertos de Cantabria, María Tejerina. 187 de ellos se encuentran en la dársena interior, ocupada al completo por botes y pequeñas motoras, sobre todo, la mayoría propiedad de vecinos de la localidad. Los 857 puestos restantes están en el nuevo puerto; de ellos, el Club Náutico de Laredo gestiona 493. Puertos de Cantabria se hace cargo de los 364 restantes, que cuentan con tan sólo 71 plazas libres.
los hitos del puerto
2006 Comienzan las obras del puerto. Arranca con un presupuesto de 65 millones y 22 meses de plazo de ejecución.
2007 Los temporales abren vías de agua en el dique norte al arrastrar material en la base y provocar la caída de bloques.
2009 Una empresa italiana empieza a instalar los pantalanes para los más de mil amarres del puerto deportivo.
2010 Los pesqueros ya pueden amarrar en el nuevo muelle, sin problemas de calado ni de mareas.
2011 Cerca de 4.000 personas asisten a la inauguración del nuevo puerto.
2014 Los tribunales eximen al Gobierno de pagar el sobrecoste a la UTE adjudicataria de la construcción y gestión del puerto, que quiebra.
2016 La gestión del puerto vuelve al Gobierno. El Naútico de Laredo gana la concesión para explotar 75 amarres.
2025 El puerto deportivo de Laredo está prácticamente lleno. No llega al centenar el número de plazas libres.
«El puerto está teniendo tanto éxito y ha crecido tanto porque ofrece muchos servicios para amarristas: lavandería, duchas, gasolinera, agua y luz... es un puerto que tiene un aparcamiento cerca, está situado en mitad del pueblo y tiene precios muy competitivos, así que ofrece muchas ventajas», subraya Tejerina.
Vista así, la instalación, estupenda a juicio de cualquier aficionado a la náutica de recreo, es una apuesta segura, pero lo cierto es que no todo el mundo creía en ese proyecto cuando el Gobierno regional presidido por Miguel Ángel Revilla lo anunció e inició su construcción en 2006. «Cuando arrancó fue muy criticado porque era muy grande», recuerda José María Mazón, entonces consejero de Obras Públicas y gran defensor de la infraestructura. «Tuvo dificultades incluso durante su construcción –que se prolongó durante seis años y costó casi 80 millones–, con grandísimos temporales a mitad de obra, cuando se estaba rellenando el dique norte, y una marea que superó todos los récords y se lo llevó todo, que estaba sin consolidar». Mazón continúa repasando una larga lista de complicaciones, desde la pelea con la concesionaria que ganó el Gobierno en los tribunales, hasta la quiebra y rescate de la concesión... y, sobre todo, la crisis. «En esos periodos, la náutica deportiva sufre mucho, porque lo primero que baja son los artículos de lujo, lo mismo que en tiempos de bonanza esta industria deportiva aumenta».
Precios El coste de un amarre en Santander triplica al que ofrece el puerto de Laredo, con mejores servicios
Clientes La mayor parte de los armadores son vascos. Muchos han salido del puerto de Guecho, en crisis
El exconsejero, ahora dedicado a las estadísticas de tenis (tennisraceforhistory.com), defiende «la visión de futuro» de aquel Gobierno del que formó parte. «Fuimos ambiciosos pero realistas, sabiendo que cuando te metes en algo no puedes quedarte a medias. Se trata de una infraestructura hecha con visión de futuro. No queremos que Cantabria sea una región de segunda, y si vamos a hacer cosas no puede ser de cualquier manera. El periodo de madurez de una gran infraestructura no es inmediato, y con el paso del tiempo se ha visto que este proyecto, financiado por el Gobierno de Cantabria, ha ido recuperando la inversión con los ingresos».
«Cuando entré en el Club, en 2015, el puerto de Laredo tenía muy poquitos barcos, prácticamente estaba vacío», cuenta Juan Soto, gerente del Náutico de Laredo, que gestiona el 60% de los amarres. «Nosotros teníamos embarcaciones fondeadas en la ría, y así estuvimos hasta finales de 2016, cuando ganamos la concesión del Gobierno, para 75 amarres. Desde entonces hemos crecido hasta los 350 en carácter de permanente que tenemos en la actualidad; también sacamos la concesión del varadero, y tenemos otros 150 amarres de tránsito».
Sus puestos de amarre van desde los seis a los veinte metros de eslora, a precios muy competitivos: el alquiler de los atraques de ocho metros cuesta 1.785 euros al año; los de diez, 2.545; los de doce, 3.517... Para hacerse una idea, Marina el Cantábrico, al lado de Santander, con condiciones mucho peores, cobra 4.059,91 euros (IVA no incluido) por un amarre de ocho metros. No es de extrañar que algunos propietarios de barcos de recreo de la capital cántabra se hayan mudado hasta allá, aunque lo que realmente se ha notado es la atracción que el puerto de Laredo ejerce sobre el público vasco.
«La mayoría de los propietarios de barcos son gente de Vizcaya –confirma Juan Soto–; hay mucha gente con pisos aquí que también se han traído los barcos. Muchos han decidido juntar su piso de veraneo con el barco y así no renunciar a una cosa para disfrutar de la otra. Además, tenemos la importante ventaja que aporta el varadero: la gente aprecia mucho poder disponer de un almacén cerrado para barcos. Hay dueños de barcos de Madrid que sólo navegan tres meses al año, y agradecen contar con un sitio para dejarlo a buen recaudo».
La crisis que atraviesa el cercano puerto deportivo de Guecho ha beneficiado al de Laredo, que, desde el pasado verano, ha recibido a un centenar de armadores fugados de allí. Uno de ellos es José, que prefiere no dar su apellido. «Guecho tiene un aspecto abandonado; el puerto está viejo y descuidado y no se ha invertido nada en los últimos años, así que hay una fuga constante de barcos porque la sensación es de abandono total. Laredo ofrece mayores ventajas, aparte del precio, muy asequible y claramente inferior al de Guecho o Santander», asegura. «Para la gente que navega a vela, en cuanto sales de la bocana del puerto ya estás navegando, no necesitas perder tiempo y estás en mitad de esa preciosa bahía. La gente también agradece mucho que se trata de un puerto urbano: cuando dejas el puerto tienes acceso a tiendas, hostelería... está todo muy cómodo y no hace falta desplazarse a otros sitios. Tiene todos los servicios, además de restaurantes, vestuarios, alquiler de bicicletas, venta de hielo...».
El puerto de Laredo está ganando también popularidad entre los navegantes franceses, que eligen cada vez con más frecuencia en sus travesías por el Cantábrico, algo que no sucede, por ejemplo, con Santander, que se la saltan. A ello puede contribuir que la localidad no es desconocida para el público de aquel país –en su día, Laredo fue punto de reunión de turistas franceses–, pero también el precio de las estancias: un barco de ocho metros paga menos de treinta euros diarios por la estancia, con luz y agua, durante la temporada alta. «De los setenta que han pasado por aquí, hay tres o cuatro que se quedan ya, y alguno más caerá. Los franceses suponen el 60% de tránsito», apunta Juan Soto.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El rincón de Euskadi que te hará sentir en los Alpes suizos
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.