La agrupación Mi Vida Loca trae savia nueva a la Batalla de Flores de Laredo

Los recién llegados atesoran en muchos casos una dilatada experiencia como colaboradores de otros artistas con mucho recorrido en el festejo. Un saber hacer que, sumado al entusiasmo y las ganas con las que irrumpen, aspira a proporcionar un golpe de efecto con sus propuestas en el desfile del último viernes de agosto en la Alameda de Miramar.

El propio nombre del colectivo resume esa mezcla de arrebato, ambición y descaro por dejar su huella en una celebración que muchos de ellos han aprendido a amar desde muy niños. Precisamente, inocular ese veneno por la fiesta entre los más pequeños es otra de las razones que les ha motivado a aunar sus fuerzas para dar un paso adelante que tiene mucho de locura.

De momento cuentan con dos diseños que, pese al secretismo propio de estas fechas, están llamados a romper moldes. Propuestas novedosas en las que han intentado plasmar su propia visión de una fiesta que, en sus palabras, tiene que evolucionar para seguir haciéndose más grande.

Su presencia entre los participantes se traducirá, de entrada, en la recalada de las carrozas en la misma calle del Paseo que contempló los primeros desfiles, allá por la primera década del siglo pasado. Mi Vida Loca montará sus creaciones en un solar situado junto al bar Sildavia, y devolverá a la calle Menéndez Pelayo ese aroma a flores mezclado con el eco de los nervios y la euforia propia de las jornadas previas al gran día.

Con José María Povenado Ruiz como presidente, Leticia Vila Borrajo de Secretaria, Alba del Soto Gacía como tesorera, Rubén Expósito Goríbar de Vicepresidente y Alan Expósito Contreras y José Alfonso Rueda Setién en calidad de vocales, los recién llegados tienen claro qué aspectos son los que les vinculan: pasión, sacrificio, trabajo en equipo, alegría, respeto y compañerismo.

Desde esa unión lanzan un llamamiento a la implicación de manos que resultan imprescindibles para culminar su apuesta. Y también han articulado una red de financiación que permitirá sufragar el coste de poner en marcha el proyecto y sostener sus propuestas creativas. «El montante de los premios apenas alcanza para cubrir una cuarta parte de todo el presupuesto», explican de forma gráfica.

Pero las dificultades es algo con lo que contaban antes de ponerse en marcha. Y lejos de sonar a excusa, no ocultan sus ganas de hacer historia, tal y como lo lograron otros que les precedieron en este empeño. «Tenemos los medios adecuados, un equipo unido y experiencia suficiente para luchar e ir al máximo tras nuestro objetivo», aseguran, antes de garantizar que Mi Vida Loca va a dar mucho que hablar.