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El parón obligado de las dos últimas ediciones ha hecho que los laredanos aguarden, con más devoción que nunca, el regreso de los cultos de Semana Santa, que alcanzarán su punto álgido el Viernes Santo con la Procesión de la Soledad. La pandemia supuso ... un frenazo en seco a una estrategia que se había trazado desde la parroquia y las distintas Cofradías y Hermandades para rescatar parte del legado histórico que aún pervive en la memoria de los mayores. Si el tiempo acompaña, la de este 2022 será una celebración repleta de novedades.
El primero de los nuevos detalles que se incorporará a la relación de cultos de la Semana Santa laredana llegará el próximo domingo, festividad del Domingo de Ramos. En esa jornada el cortejo que forman el párroco y las autoridades locales se verá engrosado con la incorporación de seis integrantes de la Hermandad de Jesús Nazareno y seis capuchinos de la Hermandad de la Soledad, acompañados del Hermano Mayor. Los capirotes darán ambiente de recogimiento y fervor junto al acompañamiento de tambores al acto que incluye la Bendición de los Ramos y que dará comienzo a las 11:30 horas en la plazoleta Marqués de Albaida.
Esta y otras novedades las explica Fernando Arce, el Hermano Mayor, que lleva años enfrascado en recuperar una tradición que se remonta siglos atrás. «Pongo de ejemplo la más antigua de las cofradías de capuchinos que hubo, la Ilustre y Venerable Cofradía de la Santa Vera-Cruz y de la Santísima Virgen de La Soledad, fundada 1533, y reorganizada en 1953», señala. A lo largo de todo este tiempo, y aunque pasó por diferentes momentos, tomó parte en las procesiones de nuestro pueblo hasta 1973, año en el que por diversos motivos desaparecieron todas las cofradías.
Según Arce, «quienes conocimos las procesiones con capuchinos los recordábamos y siempre mencionábamos que teníamos que hacer algo para recuperarlos en la Semana Santa laredana. No sólo daban solemnidad a los actos, sino que, ayudaban a potenciar el atractivo turístico de esos días. En el año 2018, hablamos con nuestro párroco, Juan Luis Cerro, y en la Semana Santa de 2019 volvió a procesionar por las calles de Laredo una compañía de capuchinos de la Hermandad de la Virgen de la Soledad, compuesta por hombres y mujeres». El responsable de este resurgir confiesa que, «aunque nos gustaría decir que deseamos recuperar todas las cofradías, procesiones y actos que antaño había en la Semana Santa laredana somos realistas». Un objetivo que considera «muy difícil, porque es necesario el compromiso y la participación de mucha gente y no siempre es posible». En este sentido, dice compartir unas palabras del propio párroco, quien aseguró que «esto es algo para creyentes, para mediopensionistas y para aquellos que deseen mantener vivas las tradiciones de nuestro pueblo».
Recuperadas las dos hermandades, los dos años en blanco obligados por la pandemia han servido de inspiración a Fernando Arce y su equipo. «Antaño, en nuestro pueblo, las ventanas y los balcones de las calles por donde pasaban las procesiones se engalanaban con la mejor colcha o sábana blanca que había en la casa. A partir de ahí tuvimos una idea. ¿Por qué no engalanar esos días nuestro pueblo con balconeras? Balconeras blancas, y si es el deseo, adornadas con el color asignado al paso de Semana Santa que sigues. O bien, otra opción, iniciativa promovida e impulsada por Gema Vadillo, colocar a modo balconera una imagen de la Virgen de la Soledad». La venta de estas unidades ha tenido mucho tirón.
Junto a ello, volverán a procesionar mujeres con mantillas y peinetas, vestidas de negro riguroso, tal y como se acostumbraba en los años 60, cuando la Semana Santa pejina era una referencia dentro y fuera de Cantabria. Esta puesta en escena se variará el Domingo de Resurrección, donde el luto riguroso dejará paso al rojo de los vestidos, y el blanco en las mantillas. Todo ello redundará en una ambientación de calles y balcones más acordes a las fechas en las que Laredo recibe un aluvión de visitantes. Por si fuera poco, los impulsores de estos cambios ya tienen echado el ojo a otros cambios para futuras ediciones. «Hay una imagen que procesiona en Semana Santa, que, en mi opinión, refleja más que ninguna otra la situación actual». Se refiere a La Piedad. «No sólo es por su nombre y lo que representa. También, al igual que nosotros, tiene heridas de guerras pasadas: en su interior conserva la bala de un disparo de la guerra civil española». Según Arce, «vamos a hacer todo lo posible para impulsar este paso y que el próximo año su hermandad de capuchinos lo acompañe procesionando, como antaño».
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