La VII travesía del Camino de Santiago a Vela fondea en Laredo

Esta edición conmemora el V centenario de la 1ª Vuelta al Mundo que protagonizó Juan Sebastián Elcano. De ahí que una de las paradas obligadas en esta peregrinación de cabotaje haya sido Getaria, la villa natal de tan ilustre navegante. Desde allí, las tripulaciones enfilaron hacia la villa vizcaína de Bermeo, localidad natal de su contramaestre Acurio. Tras recalar en Getxo y en Santurce, el jueves pusieron rumbo a Laredo, a cuyo puerto llegaron agrupados a partir de la media tarde. Este viernes los navegantes se han dedicado a reponer fuerzas y a recorrer en una visita guiada la Puebla Vieja pejina. Pocos han sido los que se han resistido a degustar la excepcional gastronomía de un pueblo del que han disfrutado conociendo sus avatares históricos.

Este sábado, a las 9.30 horas, pondrán rumbo a Santander, donde arribarán hacia las 14.00 horas. Por delante les aguarda una de las etapas más duras, la que les conducirá el domingo hasta Gijón. Ferrol, Muxía, Muros, A Pobra do Caramiñal, Vilanova de Arousa y Vilagarcía de Aruosa serán los siguientes puntos de arribada de los navegantes

La regata, organizada por North Marinas, en colaboración con la Asociación Nacional de Empresas Náuticas, tiene la particularidad que evocar aquella singladura que siglos atrás protagonizaron Teodoro y Atanasio, los discípulos que, según la tradición, llevaron el cuerpo de Santiago Apóstol a tierras gallegas en una «barca de pedra». Para obtener la 'Compostela', los expedicionarios deberán acreditar un mínimo de 100 millas náuticas, pudiendo sellar sus credenciales en cualquiera de los puertos de la travesía. Conservando el espíritu del camino, los kilómetros desde el último puerto de atraque hasta la catedral gallega se realizarán a pie.

Como embarcación oficial de la expedición figura el Marmitako Sailing, patroneado por Edorta Arostegi. A bordo han embarcado a diferentes autoridades así como a periodistas extranjeros que ven en esta expedición un objetivo atractivo para sus reportajes. Edorta explica que los veleros participantes tienen entre nueve y dieciocho pies de eslora, «más que suficientes para defender en estas aguas, donde lo que prima es la pericia de la tripulación», explica. Entre las tripulaciones, con una mayoría de franceses, se dan cita capitanes experimentados junto a grumetes que tienen en esta travesía uno de sus bautismos náuticos. De ahí que se opte por un plan que minimiza los riesgos y maximiza el encanto de surcar las olas La navegación, realizada en conserva, es decir, todos en grupo, se afronta en horario diurno, lo que permite disfrutar de la naturaleza con el avistamiento de distintas especies como delfines e incluso calderones. A una velocidad media de 6 nudos, y navegando a entre 5 y 12 millas de la costa, los navegantes han tenido ocasión de contemplar a la flota del bonito en plena campaña.

Esta aventura tiene también una vertiente solidaria, que se exhibe en una de las misiones denominadas 'A Vela contra la ELA'. El año pasado quisieron dar visibilidad a la labor de la mujer en el mar. Y para el año que viene no descartan hacer algún guiño al Año Santo Lebaniego, «ya que siempre es un aliciente descubrir y empaparse de la riqueza cultural de los lugares que asoman en esta maravillosa costa que tenemos», explica.