

Secciones
Servicios
Destacamos
Asus 73 años, Antonio Arconada 'Antuán', Hijo Predilecto de Laredo, está sobrellevando como puede un verano que se ha quedado sin fiestas por culpa del ... coronavirus. Y no es algo baladí para es laredano, puesto que es el alma máter de algunas de las celebraciones que se celebran en la villa a lo largo del año.
-¿Cómo está llevando esta pandemia que tanto nos ha cambiado la vida?
-Pues mal, como todo el mundo. Durante el confinamiento lo que hemos hecho el grupo de amigos en ponernos en contacto a través de las vídeollamadas y al mediodía nos tomábamos nuestro vinos como si estuviéramos juntos en la calle. Era como salir de casa, pero sin salir de ella. Me imaginaba que iba dando un paseo por el puerto, por el paseo de la playa... Gracias a esto lo hemos llevado mejor. En caso de que volvamos a estar confinados se lo recomiendo a la gente.
-¿Y qué es lo que más ha echado en falta durante el encierro?
-El poder salir a la calle y encontrarte con la gente. El no enterarte de qué tal está un amigo o si había fallecido un conocido, porque no se oía tocar a muerto, pese a que vivo cerca de la iglesia.
-¿Está de acuerdo con la afirmación «No sabíamos que éramos felices»?
-Sí, totalmente de acuerdo. Ahora a lo que tenemos que aferrarnos es a esa búsqueda de un medicamento o vacuna, a la esperanza de tener la fuerza y la valentía de que vamos a ganar. La vida ha cambiado radicalmente, no va a ser la misma. Sobre todo para los que tenemos hijos y que no están con nosotros porque les ha pillado fuera. Y eso es lo que peor he llevado. Siempre me he metido con el móvil y con que los niños estuvieran todo el día con él, pero ahora me he dado cuenta de que es una herramienta muy importante ante situaciones como la que estamos viviendo.
-Una de las cosas que nos ha quitado el coronavirus este verano son las fiestas. Teniendo en cuenta que usted es el alma máter de algunos festejos en Laredo, ¿cómo lo está llevando?
-Es un aburrimiento total. Tengo una inactividad enorme. Te encuentras con que han llegado las fiestas de las Pascuas, Santa Ana, que ha sido recientemente. Estas fiestas que son tan entrañables y en las que siempre estaba metido. Y han pasado y ni me he enterado. Han pasado desapercibidas. San Roque y el día de la Marmita, que están a la vuelta de la esquina. Van a pasar sin pena ni gloria. No tenemos nada. Gracias a Dios que por lo menos el Ayuntamiento ha seguido conservando las Noches de Jazz, que es lo que nos está haciendo pasar este verano de maravilla, al menos una vez a la semana.
-Es que un verano sin fiestas es algo inédito.
-Pues sí, además Laredo siempre ha sido una villa festiva. Ves a la gente en lo bares cantando, aunque ahora está prohibido. Pero es inevitable porque estamos pensando ya en la Batalla de Flores, que ha quedado suspendida; en el Desembarco de Carlos V, que son fiestas de interés turístico nacional... El hecho de que no se vayan a celebrar es malo para Laredo.
-¿Y qué va a hacer entonces si no hay fiestas?
-Pues nada, esperar a que pase el tiempo y llegue una solución a este virus para poder volver a empezar.
-¿Se le está haciendo larga la espera?
-No es que sea largo, estas como perdido. En Laredo siempre hemos vivido de fiesta en fiesta. Por eso el pueblo está muy apagado. Gracias a Dios que tenemos una playa y un pueblo maravilloso al que hay que pintarle las uñas, los ojos. Laredo necesita mucha pintura. Pero sobre todo hace falta gente joven. Nos tenemos que ayudar, hacer piña.
-Esa ayuda es la que necesitan los negocios de la villa para poder salir adelante, ¿no?
-Gracias a Dios que las costeras están siendo buenas, los pescadores no paran de faenar, tenemos bonito y seguimos teniendo chicharro. Hemos tenido una costera muy buena de bocarte. Menos mal que la mar y nuestra virgen del Carmen nos están respondiendo y los pescadores de la villa tienen trabajo. Por otro lado están los hosteleros y comerciantes que viven sobre todo del turismo. Y las fiestas contribuyen a que esos negocios tengan más ingresos.
-Aunque este verano no haya fiestas, se está viendo mucha gente por la villa. ¿Cómo lo está percibiendo usted?
-Pues cuando más se nota la afluencia de turistas es durante los fines de semana. Desde el jueves por la noche hasta el domingo a la tarde Laredo está a tope. Se ve gente de todos los colores. Pero luego el domingo por la tarde se nota ese bajón. Y de lunes a miércoles prácticamente estamos los de casa. Vienen en días salteados pero no da como para mantener los negocios, sobre todo los de hostelería y las tiendas. Si el pescador y la hostelería no ganan... hay gente que dice que a Laredo le hace falta industria. Pero claro, como a todos los pueblos y capitales de España. En un municipio turístico como este que tiene playa, un puerto, montaña... no te puedes aburrir, hasta lloviendo es bonito.
-Pese a esto, ¿hay algo que eche en falta en la villa?
-Considero que hay que cuidar un poco más el pueblo. No cuesta nada arreglar los desperfectos que tenemos. Estoy seguro de que si piden unos voluntarios aparecerían como lo hicieron hace unos años en la Puebla Vieja. Tenemos un túnel maravilloso que está totalmente destrozado, no hay una rampa para poder acceder a esa playa de la Soledad. El abandono de la subida a La Atalaya. Hay lugares en los que se pueden hacer verdaderas maravillas y si no lo cuidamos nosotros... En la Puebla Vieja, la gente está yendo de las casas por los ruidos, el abandono y el mal estado de las viviendas, que son muy antiguas y no tienen ascensor. Hace falta una barandilla para que la gente mayor pueda acceder a la iglesia desde el túnel. La gente mayor está muy olvidada.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.