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Un fuerte estruendo despertó, en torno a las cinco de la madrugada de este jueves, a muchos de los vecinos de Lebeña, aunque para conocer el origen del ruido hubo que esperar a que los que bien pronto iban a incorporarse a sus puestos de ... trabajo se encontraran con el acceso a la localidad cortado, a apenas 150 metros del cruce con la N-621, la carretera del Desfiladero de La Hermida.
Dos enormes rocas habían caído por la noche desde la ladera de la montaña, en concreto desde el lugar denominado El Dejo, arrastrando todo lo que se encontraron a su paso hasta impactar con la carretera, que quedó intransitable en dos puntos, donde sendas zanjas daban cuenta del impacto de las dos piedras. El camino de ambas, de grandes dimensiones, acabó algunos metros más abajo, en el cauce del río Deva, donde eran visibles para todos los curiosos que se acercaron a la zona a lo largo de la jornada.
Diego Díaz, su padre, José, y su tío, Alfonso, fueron los primeros en llegar hasta el lugar, pasadas las siete de la mañana, cuando se disponían a ir a trabajar. «Íbamos con el coche para salir al Desfiladero cuando vimos la carretera cortada, con árboles que cubrían los dos carriles, y el destrozo que habían hecho las piedras que se desprendieron de la ladera del monte, por lo que no hemos podido salir del pueblo hasta que se ha limpiado todo y se ha abierto uno de los carriles. Ahora queda por ver cómo ha afectado el desprendimiento a la ladera del monte, y si hay alguna otra roca que se pueda desprender», relataban.
María del Mar Cabo también salía del pueblo con intención de incorporarse a su puesto de trabajo en el monasterio de Santo Toribio cuando vio la imposibilidad de pasar por la carretera con el coche. «Crucé andando el tramo afectado y salí a la carretera general, donde una vecina que vive al otro lado del río me pudo subir, ya que se había cortado la línea telefónica y no había tampoco conexión de internet (las rocas dañaron algunos postes de telecomunicaciones)», exponía. También varios estudiantes del pueblo que acuden al IES Jesús de Monasterio, en Potes, se vieron afectados por el desprendimiento y optaron igualmente por pasar andando por la zona del desprendimiento para después poder ser recogidos en el cruce por el autobús escolar.
El alcalde del municipio, Jesús Cuevas, señaló, en la zona del desprendimiento, que «habrá que evaluar la situación, ver si hay más piedras movidas, que se habilite un carril para poder pasar los vecinos y comprobar, en definitiva, que la zona está segura para poder circular los vehículos y las personas», tareas en las que intervinieron personal de Vías y Obras, bomberos del 112 y efectivos del Greim, que accedieron hasta la zona donde se desprendieron las rocas para comprobar si en la caída se han visto afectadas otras piedras y tratar de evitar nuevos desprendimientos.
Antes, operarios de la Consejería de Obras Públicas habían conseguido abrir, poco después del mediodía, un carril de la carretera para dar servicio al pueblo de Lebeña. Trabajos que continuarán este viernes para tratar de posibilitar la circulación en ambos sentidos de la vía.
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