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PEDRO ÁLVAREZ
Jueves, 28 de marzo 2019, 14:06
La Cántabra, una calle frecuentada por vecinos y visitantes, es el núcleo hostelero de Potes, y uno de sus establecimientos más emblemáticos, Casa Cayo, tenía ... la persiana echada. Así ha sido durante algo más de un año. Pero ayer, tras mucho tiempo de espera, sus clientes pudieron volver a disfrutar del buen trato de la familia Gómez Dosal, que es quien regenta desde hace ocho décadas el conocido establecimiento, santo y seña de la cocina lebaniega y ejemplo de negocio familiar.
Desde primeras horas de la mañana, sabedores de la reapertura del establecimiento, los clientes, muchos de ellos habituales, «de los de toda la vida», esperaban con satisfacción volver a alternar en el que es, por derecho propio, uno de los locales hosteleros que goza de mayor prestigio tanto en Potes, como en toda la comarca lebaniega. De hecho, durante toda la jornada el ir y venir de clientes fue una constante.
Antonio Barquín | Vecino de Parbayón
En el mes de marzo del pasado año, después del periodo de vacaciones iniciado con motivo de las navidades, la familia propietaria del establecimiento decidió no abrir entonces sus puertas al público, con el fin de mejorar el servicio, mediante una adecuación de las instalaciones del establecimiento, para así ofrecer una mejor calidad y atención a todos los clientes que se acercan tanto al restaurante como al hotel. La noticia llegó a todos sus clientes con tristeza, ya que si algo siempre ha caracterizado a la familia Gómez Dosal desde que abrió sus puertas en el año 1939, ha sido un trato directo y familiar con todos los que les visitaban, haciendo que se sintiesen como en su propia casa.
Juan Manuel Gómez, uno de los tres hermanos copropietarios que forman la tercera generación familiar del negocio, recordaba que «estos meses de cierre del local han sido duros, porque Casa Cayo forma parte de nuestra vida y por eso la familia hemos echado en falta, sobre todo el día a día y volver de nuevo a este lugar que significa tanto para nosotros» y reconocía además que «con todas las personas que te encontrabas, que al final más que clientes son amigos, surgía siempre la conversación de saber cuándo se iba a volver a abrir el establecimiento».
José Miguel del Barrio | Vecino de Potes
Durante este tiempo se han realizado reformas, principalmente en el hotel, donde Manel Gómez, explica que «hemos hecho una parte de las obras que en principio teníamos previsto realizar, condicionados por motivos de salud que pensábamos que no se iban a demorar tanto, por lo que se ha actuado en las habitaciones, habilitando todos los baños, para poner a todos ellos los platos de ducha; hemos dotado de una mayor amplitud a los pasillos de acceso a las habitaciones; se han evitado barreras arquitectónicas en algunos puntos; y finalmente hemos ampliado el salón social de la primera planta, construyendo también un aseo, buscando así mayores comodidades dentro de las posibilidades que tenemos por la ubicación donde nos encontramos».
Juan Crespo | Vecino de Potes
Gómez, señala también que «después de este tiempo de descanso, volvemos a contar con la confianza que durante estos años nos han dado la mayor parte de los empleados que teníamos, salvo alguno de ellos, que por razones personas y familiares, vendrá temporalmente a trabajar, y hemos incorporado gente nueva, para que podamos atender bien al público cuando exista una mayor demanda, en los periodos de mayor afluencia de público», remarcando que «continuamos ofreciendo a nuestros clientes esa cocina tradicional lebaniega, con materias primas de calidad, que siempre ha sido un referente, a la vez que incorporaremos nuevos platos a nuestra carta».
Mariano Camacho | Vecino de Potes
Juan Manuel Gómez, con respecto al cariño que siempre les han mostrado los clientes que se han acercado a su establecimiento y que esperaban el día de su reapertura, considera que «para nosotros es un orgullo y estamos muy satisfechos de la convivencia familiar que desde nuestros abuelos se ha creado en nuestro establecimiento. Éramos sabedores que mucha gente deseaba que el establecimiento volviera a abrir sus puertas y es por eso por lo que esperamos seguir en la línea de trabajo y atención al público que habitualmente teníamos, ya que tenemos claro que es a los clientes a los que tenemos que dar las gracias, por la confianza que siempre nos han dado, siendo conscientes de que ahora al principio nos va a costar un poco volver a coger el ritmo de trabajo y ponernos al día».
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