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Alrededor de 400 devotos y romeros procedentes de los pueblos de la comarca, así como de comarcas vecinas como Polaciones, Lamasón o Puentenansa, asistieron ayer a la celebración de la fiesta de la Natividad de Nuestra Señora, en honor de la Virgen de la Luz, patrona de Liébana.
La pista de acceso desde Somaniezo hasta el santuario, que se encontraba en deficiente estado, fue arreglada hace unos días a petición de Jesús Fuente, alcalde de Cabezón de Liébana, al Gobierno de Cantabria, que aportó una ayuda económica para su reparación, encontrándose en perfecto estado.
Desde primeras horas de la mañana, la bolera, junto al santuario, volvió de nuevo a acoger desde primeras horas de la mañana el concurso de bolos entre jugadores aficionados, que estuvo muy animado, contando con la participación de catorce jugadores. La comisión de fiestas entregó trofeo a los cuatro primeros clasificados, siendo el ganador del concurso Sergio Parra, con 58 bolos derribados.
A las 13.00 horas se inició la misa solemne que fue oficiada en el exterior de la ermita por Elías Hoyal, párroco del santuario y arcipreste de Liébana, que contó con la presencia junto al altar de la imagen de la Virgen de la Luz en las andas. El grupo Caná, participó con sus canciones en la ceremonia religiosa, con música de gaita, tambor y zamfoña.
En la homilía, el sacerdote, hizo hincapié en «las tres enseñanzas que hoy aprendemos de la mano de María; a no pasar por el mundo con los brazos cruzados; a implicarnos ante las situaciones de necesidad, a ser fuertes y valientes en nuestra vida de fe, y a no juzgar nunca a los demás solamente por lo que se ve por la apariencia, sino por lo que hay en el corazón, que es lo más importante».
Finalizada la misa, Socorro Velarde, natural de Somaniezo, recibió la placa de cofrade de honor, que fue entregada por Noemí Briz, presidenta de la Hermandad de la Virgen de la Luz, concedida el día 1 de mayo en la asamblea extraordinaria celebrada en la iglesia parroquial de Aniezo. El pasado año recibió la distinción Evangelina Llorente, vecina de Cambarco.
Socorro, muy emocionada, dio las gracias por la concesión y tuvo un recuerdo especial hacia su madre, «porque me inculcó la fe y la devoción a la Virgen de la Luz», así como también a su familia Velarde «por vuestra ayuda y porque siempre habéis estado conmigo cuando os he necesitado».
A continuación, la imagen de La Santuca fue trasladada en andas procesionales por los devotos alrededor del santuario, y se introdujo en la ermita donde se cantó la Salve tradicional y se dio a besar la medalla de la Virgen.
La fiesta contó con la asistencia de Isabel Urrutia, consejera de Presidencia, así como de los alcaldes de Cabezón de Liébana, Potes, Pesaguero y de Polaciones, entre otras autoridades.
Finalizada la comida campestre, se celebraron juegos infantiles en la bolera que estuvieron muy animados, y que fueron dirigidos por «Sal y Pimienta».
La fiesta concluyó en el santuario con el rezo del rosario en la ermita en honor de la Virgen, regresando de nuevo los devotos y romeros a sus localidades.
Por la noche, en Somaniezo, hubo una parrillada, actuó Héctor Bragas y los asturianos, virtuoso de los instrumentos tradicionales, y la fiesta concluyó con una animada verbena amenizada por Sal y Pimienta.
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