La Fundación Santa María de Toraya restaura el retablo de la iglesia de Ledantes

Lidia Quevedo, restauradora y doctora en Arte, es la responsable de los trabajos de restauración del retablo principal de Ledantes. El año pasado se realizaron en este templo una serie de trabajos que permitieron recuperar pinturas datadas en el siglo XVI hasta ahora desconocidas y anteriores a las ya documentadas del siglo XVIII. Con motivo de esa actuación, también apareció un altar con varias ofrendas así como un relicario con restos de tejidos de una posible reliquia.

En la actuación del pasado año, que fue financiada por la Consejería de Cultura, también se localizó, por debajo de las pinturas actuales, «un entramado de color rojizo con motivos vegetales y pájaros en diversas posiciones, picoteando o llevando un corazón, aún más antiguo que las pinturas que actualmente se conocen y que fueron descubiertas en 1986, al desmontarse entonces el retablo», explica la restauradora. Según señala Lidia Quevedo, se sabe que en la iglesia de Ledantes las pinturas cubrían todas las paredes, pero se perdieron muchas de ellas al sacar la piedra y «solo se han podido conservar las zonas donde había retablos o en las bóvedas, por lo que vamos a sacar a la luz los restos de pintura que se encuentran en otros lugares de la iglesia».

Lidia Quevedo dirige la Fundación Santa María de Toraya, radicada en Ribamontán al Monte, dedicada a la conservación y restauración del patrimonio de Cantabria.

El retablo mayor de Ledantes es de estilo barroco popular, muy semejante al de la iglesia de San Martín, en la cercana localidad de Barrio (Vega de Liébana). Fue realizado en el año 1760 por Joaquín González de la Cavada, del Taller de Cudeyo. Ambos retablos se contrataron conjuntamente, siendo sufragados por la duquesa de Infantado, patrona de estas iglesias. Ocho años después de su construcción, en 1768, fue dorado por el pintor José Gutiérrez de la Reguera, de Casar de Periedo.

La actuación de restauración del retablo barroco que acomete el equipo que dirige Lidia Quevedo consiste en «el desmontaje del retablo que ha sido trasladado hasta el taller; la desinfección de xilófagos, ya que se encuentra fuertemente atacado por los insectos; la limpieza de policromía y de la película dorada, ya que el oro es de muy buena calidad así como la consolidación estructural». La restauradora señala que «no se reconstruyen piezas por no ser necesario, por lo que se procederá al estucado de ciertas zonas y reintegración del color con un acabado de protección para su posterior montaje en el interior de la iglesia de Ledantes, cambiándolo de ubicación para que se puedan contemplar las pinturas del altar mayor». De este modo, el retablo se colocará en la pared norte de la iglesia, situando también un pequeño retablo, que actualmente se encuentra en una de las esquinas, junto a la entrada a la capilla lateral de los Álvarez y Bedoya, que irá en la pared oeste. La restauradora detalla también que «la parte inferior del retablo se encuentra bastante quemada por la colocación de las velas por lo que es otra de las zonas que tenemos que restaurar».

El alcalde de Vega de Liébana, Gregorio Alonso, resalta «la importancia que tiene recuperar tanto el retablo como las pinturas y poder mostrar al visitante esta joya de nuestro patrimonio, por lo que vamos a colaborar con la Fundación Santa María de Toraya para que cuando concluya la restauración el retablo pueda colocarse en la nueva ubicación».