Un guardia civil de Potes salva la vida de una mujer que se precipitó al río en Huesca

A sus 24 años, este guardia, natural de Santander, nunca se había visto en esta tesitura. «Es la primera vez que hacía un rescate. Por suerte, todo salió bien para la señora, que es lo importante», cuenta este amante de la montaña. Aprovechando que tenía unos días libres, viajó con su pareja -que también es Guardia Civil en el equipo Viogén (Violencia de Género) de Torrelavega- a Huesca para realizar varias excursiones por la zona de Ordesa. La del pasado lunes nunca se les olvidará.

Para esta jornada se habían propuesto recorrer la ruta de las cascadas, que tiene como destino final la impresionante Cola de Caballo. Es un itinerario muy concurrido. Ellos iniciaron la marcha y, sobre el mediodía, llegaron a Gradas de Soaso. «A la derecha hay una especie de sendero rocoso que baja a la zona donde la gente se toma las fotografías más bonitas con la cascada de fondo. Nosotros decidimos apartarnos a la espera de que se despejara un poco». En ese momento, vieron bajar a un matrimonio de 64 años. El marido se quedó un poco más atrás para tomarle la foto a su mujer. «No sé si se tropezó por ir mirando a la cascada o pisó mal, pero la señora se precipitó por el cortado unos cuatro metros cayendo de cabeza contra unas rocas». Quedó flotando boca abajo en el río inconsciente y con un charco de sangre alrededor.

Nada más ver el accidente, Víctor se tiró al río a por la mujer, arrastrándola hacia la orilla más cercana y sacándola del agua, que estaba congelada. Su rápida reacción fue trascendental porque «se la llevaba la corriente, ya que había otra cascada al otro lado». Tras unos segundos, la víctima, natural de Barcelona, recobró el conocimiento. «Vi que tenía el tabique de la nariz roto y el hueso al aire, además de un gran corte en la sien que no paraba de sangrar». Entonces, el guardia se quitó la camiseta y la usó para cortarle la hemorragia. Con la sudadera la cubrió porque estaba tiritando de frío. La pareja de Víctor, agente también del Cuerpo, desde arriba coordinó las labores para avanzar con el rescate. Como no había cobertura en ese punto, pidió a un chico que se desplazará unos metros para llamar al 112. «Buscó gasas, mantas térmicas y un botiquín, a la vez que apartaba a la gente que estaba en la zona realizando fotografías del suceso».

Al escuchar lo que estaba pasando, se acercó una pareja de estudiantes de 6º de carrera de Medicina y se ofrecieron a bajar mientras acudían los servicios de rescate. «Les ayudé a acceder y entre los tres la estabilizamos. No paramos de hablarle para evitar que se durmiese». A la hora, llegaron efectivos del Greim y el médico del servicio de rescate. «Bajaron, nos preguntaron por lo ocurrido y la colocaron en la camilla. Al encontrarse en estado grave, aunque fuera de peligro, tuvo que ser evacuada en helicóptero al hospital San Jorge de Huesca».

Su apoyo podía haber concluido aquí, pero estos dos héroes, junto el Greim, acompañaron al marido hasta su vehículo. Estaba en shock. Cuando se tranquilizó, les agradeció infinitamente su actuación. «Hemos tenido mucha suerte de que hubierais estado ahí», no dejaba de repetir a la pareja. «Nos contó que llevan haciendo montaña toda la vida. Fue un resbalón que le podía haber pasado a cualquiera». Por fortuna, hubo dos ángeles de la guarda en el lugar justo en el momento adecuado. «Somos guardia civiles y aunque no estés trabajando lo mínimo es intentar ayudar de la manera que sea. Nos salió solo».