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ALMUDENA RUIZ
Domingo, 21 de febrero 2021, 19:34
El Desfiladero de La Hermida, con sus 21 kilómetros de longitud, es el más largo de la Península ibérica. Por su interior discurre el río Deva, flanqueado por paredes de roca que en algunos puntos alcanzan los 600 metros de altura, lo que convierte ... este enclave en un espectáculo único para el viajero.
Pero el viajero que en pleno siglo XXI circula por la carretera que une Unquera con Lebeña y Potes ha de utilizar una vía construida en el siglo XIX (acabaron las obras en 1863 después de décadas de trabajo) y que, tal y como señala la página web del Ayuntamiento de Peñarrubia, «sigue prácticamente igual» que hace 148 años. Porque desde hace más de dos décadas (1996), la carretera que en el siglo XIX permitió transportar la madera de los bosques de Liébana hasta algunos puntos de la costa de Cantabria para destinarla a la construcción naval, tiene pendiente su reforma integral.
Los anuncios de proyectos de mejora de la N-621 (la carretera de la que forma parte el desfiladero) han sido continuos en el último cuarto de siglo aunque al igual que se anunciaban, quedaban en el fondo del cajón del ministerio de turno y los lebaniegos veían como una y otra vez el proyecto no terminaba de ver la luz. Incluso el Defensor del Pueblo, en abril de 2017, se pronunciaba al respecto tras la solicitud planteada por la agrupación Vecinos por Liébana que reclamaba una investigación sobre el estado en que se encontraba la carretera en aquel momento, el presupuesto y las inversiones que estaban previstas.
La reforma integral del desfiladero se planteaba por primera vez en el año 1996 y en aquel momento se consideraba ya algo ineludible. Pero lo cierto es que año tras año y gobierno tras gobierno, los planes de mejora para esta vía se han convertido en promesa electoral en cada campaña. Mientras, desde distintos sectores de la sociedad lebaniega (alcaldes de la comarca de uno y otro signo, empresarios, hosteleros, vecinos...) se reclama una y otra vez una reforma integral que no termina de llegar.
En 2002, el Ministerio de Fomento licitaba la redacción del proyecto de acondicionamiento, seguridad vial y protección del medio ambiente de la carretera N-621. En ese momento el Gobierno consideraba que el actual trazado «aunque tortuoso, es el lógico y adecuado al entorno por el que discurre», por lo que con las obras «no se persigue una mejora del trazado de la carretera ni tampoco un aumento de la velocidad, sino una mejora de la seguridad al circular por dicha calzada». Cabe recordar que en esos 21 kilómetros de vía se contabilizan un total de 528 curvas y se calcula que unos 2.500 vehículos transitan por ella cada día, una cifra que aumenta hasta los 10.000 coches durante los meses de verano, cuando la afluencia de turistas se multiplica.
Es en el año 2006, durante el periodo de Magdalena Álvarez al frente del Ministerio de Fomento, cuando de nuevo se vuelve a aludir a una reforma integral del Desfiladero de La Hermida. En aquel momento el Ministerio barajaba una inversión de 24 millones de euros (la última asciende ya a 96 millones). La escasa plataforma, el sinuoso y heterogéneo trazado y los problemas de seguridad vial eran algunas de las deficiencias que el Gobierno quería atajar con la redacción del estudio informativo de la 'Mejora de Plataforma y Tratamiento Ambiental' del tramo de la carretera nacional 621 entre Castro Cillorigo y Panes. Se trataba de un estudio informativo que serviría de base para la redacción del proyecto definitivo. La actuación, que afectaría a unos 20 kilómetros, pretendía corregir las graves deficiencias que presentaba ese tramo de la carretera nacional y para llevarlo a cabo se tendrían en cuentan todos los condicionamientos especiales que presenta la vía desde el punto de vista ecológico, biológico y paisajístico.
La declaración de 'emergencia' ha sido también una constante en todo lo que rodea a las obras en la N-621. Así, en 2013, el Ministerio de Fomento declaraba la 'emergencia' de la contratación de obras para reparar y prevenir los daños causados por el desprendimiento de rocas, principalmente a su paso por el desfiladero. Se trataba de paliar así los efectos de las copiosas lluvias caídas meses antes, que habían provocado numerosos desprendimientos de rocas que afectaron a la carretera. Las mejoras, en las que estaba previsto invertir cerca de dos millones de euros, pasaban por colocar nuevas pantallas dinámicas en un total de 19 puntos, reparar las ya existentes y mejorar el drenaje. Dos años más tarde, en mayo de 2015, en plena campaña electoral, la visita de la ministra Ana Pastor coincidía con la publicación en el Boletín Oficial del Estado del anuncio de la licitación del proyecto de rectificación de curvas en la N-621, con una inversión de 9,8 millones de euros. La titular de Fomento volvía a referirse a la rehabilitación integral de la carretera del desfiladero en la que decía que «ya se está trabajando».
La mejora integral del desfiladero volvía a salir a la palestra con la llegada de Íñigo de la Serna al Ministerio de Fomento. A finales de 2017, en una reunión con los alcaldes lebaniegos celebrada en la Delegación del Gobierno en Santander, De la Serna se comprometía a emprender una reforma presupuestada en 60 millones de euros. Sería un proyecto «respetuoso con el entorno, con la singularidad de esa 'tortuosa carretera', al tiempo que convertirá la vía actual en una plataforma de seis metros de anchura, con arcenes a ambos lados, solucionaría el problema de los puentes y los desprendimientos y dotaría de mayor amplitud a las curvas».
Meses después, en noviembre de 2018, el ministro José Luis Ábalos mostraba su confianza en tener listo en «enero de 2019» el proyecto «grande» de mejora integral de la N-621 a lo largo de los 20 kilómetros del desfiladero. Al tiempo señalaba que el grueso de las obras de rectificación de curvas, ampliación de puentes y construcción de voladizos (7,82 millones) concluirían antes de finalizar ese año. En febrero siguiente (2019) estas obras sufren un parón por el modificado de una parte del proyecto. Y de este modo permanecen, a falta de acondicionar unos 300 metros entre Lebeña y el final del desfiladero así como el asfaltado de todo el trazado.
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