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Desde que se inició el pasado 16 de abril el Año Jubilar Lebaniego, muchos peregrinos han llegado hasta el monasterio de Santo Toribio recorriendo tanto el Camino Lebaniego, el más transitado, como el resto de itinerarios que llegan a Liébana. Algunos han acudido a lomos ... de un caballo, que les ha acompañado y guiado en su aventura. Este ha sido el caso de José Luís Peinado, un leonés, con en compañía de su caballo, Desafío, que cuenta con 21 años de edad y con muchas experiencias por diferentes rincones de la geografía nacional, ha realizado el trayecto que separa la ciudad de León del monasterio de Santo Toribio, con el objetivo final de poder ganar el Jubileo.
Durante diez días de viaje por diferentes parajes, que José Luís califica como «increíbles», dosificando el esfuerzo y por tanto dando descanso al caballo cuando lo necesitaba han vivido «una experiencia única e irrepetible». Para ello se han encontrado durante los días del peregrinaje «con gente amable y servicial durante el camino, como en Mansilla de las Mulas, donde la alcaldesa no solo me proporcionó ayuda, sino que incluso se puso en contacto con vecinos de otros pueblos por donde teníamos que pasar, para facilitar también esa información y ayuda que me iba a ser necesaria».
José Luís reconoce que viajar solo en compañía de un caballo «tiene su parte de aventura y también su peligro, pero nos compenetramos tan bien que incluso te va enseñando". Y como anécdota explica que "cuando hicimos la Vía de la Plata, en el año 2021, que pasando por una dehesa extremeña, en una zona que no estaba muy bien señalizada, el caballo se quedó quieto, moviendo las orejas. Le solté las riendas, recorrió un círculo enorme y encontró el camino correcto. Yo le di las gracias con un beso y un abrazo enorme».
El jinete explica que «yo tenía dos ilusiones ecuestres; la Vía de la Plata, que ya realicé, y ganar el Jubileo por el camino primitivo, de León, por San Salvador de Cantamuda al monasterio lebaniego". Sin embargo esta última ruta se la desaconsejaron "por el peligro de ir por lugares solitarios", por lo que decidió entonces realizar un primer tramo por el Camino Francés, de León a Mansilla de las Mulas, y el otro, por el Camino Vadiniense hasta Santo Toribio».
En el recorrido, ha habido «etapas místicas, durante el primer tramo, donde el camino te ofrece la posibilidad de meditar, y etapas como la que discurrió entre Portilla de la Reina y Espinama, de 26 kilómetros, que fue realmente espectacular, sobre todo al llegar al puerto de Pandetrave y dominar este maravilloso paisaje y los Picos de Europa". "Antes de llegar al monasterio, dormí en el albergue de San Pelayo, y la última etapa fue corta, de ocho kilómetros, para llegar al objetivo final, llegar a Santo Toribio y así ganar el Jubileo».
José Luís ha regresado a su ciudad de León junto a su fiel caballo, Desafío, después de cumplir un sueño y pasar por la Puerta del Perdón del monasterio lebaniego. A buen seguro que volverán de nuevo juntos a vivir nuevas aventuras.
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