Los lobos acaban con siete cabras del ganadero de Pido al que ya mataron 33 ovejas y un mastín

Máximo Sánchez ha estado desde el anterior ataque curando a las cabras heridas y al perro mastín que se salvó del ataque de los lobos, y ahora la impotencia es mucho mayor. «En quince días he perdido 40 cabras y ovejas y a un perro mastín -recuerda el ganadero- de un rebaño de 300 ejemplares, en un momento en que las cabras que me matan están para parir, por lo que no solamente pierdo los ejemplares matados sino también lo que traen en su interior y eso pensando que la Consejería paga solamente 70 euros por cabra, lo que para mí no deja de ser un auténtico desastre».

Para Sánchez, «las personas que desconocen la vida del ganadero no saben lo que se siente cuando luchas por una profesión que de por sí es muy dura y te encuentras que el lobo te destroza la ilusión por algo que has decidido que sea tu medio de vida». «Que no me digan los ecologistas que esto ocurre cuando no se tienen perros para cuidar el ganado, como vemos continuamente, porque tengo dieciocho ejemplares que además hay que mantener dándolos de comer todos los días. Liébana, está sufriendo continuos ataques de los lobos al ganado. Cada día hay menos ganaderos y está desapareciendo la ganadería. Así no se puede vivir, o se toman urgentes soluciones o en esta comarca desaparece el sector ganadero. Estos lobos vienen todos de la zona leonesa», añade este ganadero lebaniego.

En la mañana de ayer, el propietario de esta ganadería de Pido volvió a sacar el rebaño a primera hora de la mañana y pudo ver de cerca a los lobos. «Estaba con el rebaño, cuando vi cruzar el río a seis de mis mastines. Enseguida vi a tres lobos que merodeaban el ganado. A pocos metros de aquí, en la dehesa de Fuente Dé, se vio a otro macho. Está todo el monte lleno de rastros y excrementos. Si preguntas a cazadores, ya no se ve ningún jabalí pequeño, ni apenas venados. Cuando abandonemos la ganadería, irán a por ellos y a por los terneros. Se ha dado una batida, pero no ha salido ninguno».

Por su parte, el alcalde de Camaleño, Óscar Casares, se siente muy preocupado por la situación que están viviendo los ganaderos de su municipio. «Es un problema con difícil solución, ya que nos encontramos con que en las comunidades autónomas vecinas, como es el caso de Castilla y León, no se autoriza abatir ejemplares, por lo que si en Cantabria se busca controlar la especie y no dejan de entrar lobos de otros lugares... este problema desde hace muchos años se ha ido de las manos».

Casares, cree que no basta con intentar buscar soluciones sólo en Cantabria. «La Consejería de Medio Rural ha concedido permiso para realizar batidas en la zona donde se están produciendo los ataques, pero si no se dialoga y los responsables de cada comunidad autónoma se ponen de acuerdo con este problema, es muy difícil que llegue una solución que ayude al sector ganadero».