![La inmobiliaria del lujo compra nueve edificios en ruina en Pendes para convertirlos en un hotel](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202012/18/media/cortadas/4-kJx-U12010940656160SC-1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
![La inmobiliaria del lujo compra nueve edificios en ruina en Pendes para convertirlos en un hotel](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202012/18/media/cortadas/4-kJx-U12010940656160SC-1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
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Pendes lo tiene casi todo para seducir: es un pueblo «muy solano» -como dicen en Liébana-, está apartado y recogido en su ladera pero a pocos kilómetros de Tama y Potes (10 kilómetros le separan de la capital de la comarca), todavía ganadero -el ... único negocio en funcionamiento es una quesería- y residen en él varias familias jóvenes con niños pese a que solo contabiliza 40 vecinos censados. También está sin explotar turísticamente y eso que hace cuatro años saltó a la fama al acoger el rodaje de una nueva versión de Heidi por parte de una productora de cine india. Aquel episodio levantó gran curiosidad por la aldea, pero actualmente no hay ni una casa rural en la que alojarse.
Después, la curiosidad por Pendes se diluyó, aunque puede que renazca pronto. Este verano Antonio Avilés -propietario de la inmobiliaria Mikeli, centrada en los inmuebles de alto nivel-, se flechó con el lugar y proyecta allí un hotel de lujo. El empresario cuenta que andaba a la búsqueda de una cabaña, «un sitio pequeño» al que escaparse de vez en cuando porque es «un enamorado de Liébana». Nada de lo que vió se parecía a lo que tenía en mente. En cambio, encontró un conjunto de construcciones (nueve en total, entre viviendas, cuadras y almacenes) y entonces se le mezclaron el ocio y el negocio y acabó adquiriendo un conjunto de edificios desvalidos y sin habitar en las últimas dos décadas en un extremo de la localidad.
Así que, de interesarse en la comarca como lugar de desconexión, ha pasado a instalarse allí parte de la semana para sacar adelante un proyecto empresarial ahora que se lo permite la situación de actividad «justa» en la agencia del Paseo Pereda. Donde cualquiera hubiera visto una propiedad casi irrecuperable «porque estaba comida por la maleza», Avilés vio un futuro hotel muy exclusivo. Cree que, en todo el valle «hay buenos hoteles», pero no del postín «que significa tener mayordomo» y afirma que el interés por los pueblos recónditos provocado por el coronavirus «no ha hecho más que empezar». No es el primer plan ambicioso que el dueño de Mikeli ha tenido en Liébana: hace años ejerció de intermediario para vender al completo el pueblo de Porcieda (en Vega de Liébana) , que está abandonado, aunque acabó por tirar la toalla. De aquella experiencia se quedó con las ganas de «hacer algo allí», porque le gusta «todo» de la zona y la ve con «un potencial enorme» ahora que el coronavirus ha renovado el interés de la gente por la naturaleza.
En Pendes, de momento, aún está limpiando, desbrozando y apuntalando los inmuebles que forman un pequeño barrio en torno a una corrala. Le ha llevado tiempo adecentar la parcela y vaciar los edificios, donde ha encontrado decenas de piezas «curiosas, como unas enormes cubas de vino o un trébede». Asegura que mantendrá y recuperará todos los elementos estructurales que pueda, como una balconada de madera en la vivienda principal, los suelos de piedra o las vigas y puertas de castaño y hasta unas barras debajo de un tejado donde antiguamente se colgaban las pieles a secar. También se conservará la configuración actual del conjunto, así como el arbolado aunque ha tenido que eliminar varios ejemplares que estaban «podridos e irrecuperables».
Dice el empresario que ya tiene redactado el proyecto arquitectónico para convertir el lugar en un establecimiento de alrededor de 2.000 metros cuadrados «en el que saldrán 12 habitaciones amplias», donde parte del lujo «serán las vistas a la Peña Ventosa» sin nada que entorpezca y a los pueblos de Trillayo y Cobeña allá a los lejos. Más cerca, el silencio y el aislamiento en un pueblo cuyo mayor reclamo es la castañera de El habario, con árboles singulares. A la finca adquirida por Mikeli -de unos 8.000 metros cuadrados- ni siquiera llega la carretera: se accede por una pista que forma parte del Camino Lebaniego.
Le queda trabajo e inversión por delante. Avilés calcula que tendrá que gastar en torno a los dos millones de euros si bien él mismo reconoce que esta es una cifra solo aproximada, ya que de momento aprovecha los recursos de su agencia para ahorrarse costes. Los planos de la rehabilitación los ha redactado la arquitecta de la inmobiliaria y la cuadrilla que está arreglando los tejados para evitar riesgos este invierno también forma parte de la plantilla habitual. El empresario ha descartado segregar las edificaciones y rehabilitarlas para venderlas por partes. «Alguna gente me ha preguntado, pero no lo estoy reformando para la venta. Si lo comercializara, que no es la idea, sería todo el grupo de viviendas junto».
Este trozo de aldea se habrá convertido en hotel dentro de un año. O esa es la ilusión. El proyecto de un alojamiento de alto standing gusta en el Ayuntamiento, donde el alcalde Jesús María Cuevas, dice que «si este es el plan, chapeau, porque supondrá puestos de trabajo». Cuevas está muy seguro de que Pendes es un lugar «con futuro, porque lo tiene todo para crecer. Las calles son amplias y cómodas y los vecinos están asentados, hay gente todo el año». Y tiene algo que en Liébana se valora por encima de otras consideraciones: «que la juventud se ha quedado a vivir allí».
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