«No se puede pedir a la gente del mundo rural que renuncie al estado de bienestar»

–Desde que Cicera fue reconocida como Pueblo de Cantabria en 2022 ¿en qué actuaciones se ha invertido el premio?

–Cicera ya era un pueblo singular dentro de Peñarrubia y antes de recibir el premio de 130.000 euros ya habíamos realizado muchas actuaciones. Con el premio de Pueblo de Cantabria se ha procedido a adoquinar varias calles, instalando hormigón impreso. También se ha establecido un punto de recarga eléctrico o se ha llevado el alumbrado a la plaza de fuera. Todo esto ha supuesto que Cicera en su conjunto sea un pueblo extraordinario.

–¿La senda mitológica y el mirador de Santa Catalina están siendo un foco de atracción de visitantes como se esperaba?

–Desde luego. Es parte del buque insignia. Todo comenzó cuando hace casi treinta años pusimos en valor el mirador, porque es un lugar único que aparece no solamente en Cantabria sino en todas las publicaciones nacionales e internacionales, como uno de los lugares mágicos por la panorámica que se contempla. Viendo en otros lugares como funcionaban las sendas mitológicas, nos animó a hacer este bosque encantado con nuestra mitología cántabra, y ahora disponemos de un itinerario de visita tanto a la senda como al mirador, y de un magnífico aparcamiento gestionado por un empresario local, Javier Soberón.

–¿Qué puede suponer turísticamente la construcción del puente colgante entre el collado Hozarco y la localidad de Linares?

–Un hito. Es un proyecto motor que será muy rentable económicamente, muy sostenible, y que va a contar con una atracción de 200.000 personas aproximadamente. Por tanto, creemos que será también un punto de inflexión para las comarcas vecinas, tanto para el Nansa como para Liébana. Económicamente dará una serie de puestos de trabajo, pero sobre todo Cantabria va a tener en Liébana un lugar único.

–¿Peñarrubia cuenta con los servicios básicos imprescindibles para fijar población?

–No, porque no está bajo nuestro control. Peñarrubia ha hecho las cosas bien, pero es verdad que cuando las cosas funcionan aparecen otros problemas. Es una realidad que la gente joven que se quiere quedar a vivir aquí no dispone de una vivienda y que tenemos que ser capaces de ofrecerlas, por eso hemos pedido hace dos años, en Linares, en las brañas de Verdeja, poder desafectar una zona para poder construir viviendas en alquiler barato, porque es fundamental y necesario. Además, a esto se une el problema de la sanidad y de la educación. Se debe de priorizar, dar incentivos para que estas plazas en el mundo rural sean rentables, porque en una zona muy envejecida el médico lo es todo. No se puede pedir a la gente que vive en el mundo rural que renuncie al estado de bienestar, porque los servicios básicos son fundamentales.

–¿Las tradiciones están muy arraigadas en el municipio?

– Sí, están arraigadas y acabamos de cambiar la normativa de las fiestas, porque asistir a éstas es un buen motivo para atraer a la gente joven, pero también la gente mayor lo ve como un atractivo.

–¿En qué situación se encuentra el sector ganadero local y a qué problemas se enfrenta?

–Quizás la punta de lanza de todo ello es la gestión del lobo, pero no seríamos justos si solamente habláramos de ello. Deberíamos de reflexionar, analizar entre todos la problemática a la que se enfrenta el sector y buscar soluciones. No puede ser que hoy en día sigamos con un matadero en Liébana cerrado y no hecho culpas a nadie, pero considero que no tiene que ser rentable necesariamente.

Tenemos un problema estructural de hace muchos años, en el cual hemos dejado que poco a poco el sector ganadero se vaya transformando sobre todo al vacuno y caballar, dejando de lado el ovino y caprino, cuando no era así, ya que había ganadería mixta. Estos animales están en la primera cadena de alimentación del lobo, pero deberíamos contar con una política específica para recuperar este ganado, por razones ambientales y porque sin ellos es impensable mantener nuestros bosques, pero apostando porque esta actividad sea rentable para el ganadero de alta montaña.

–¿La localidad de La Hermida por su infraestructura turística, de ocio y aventura, sigue siendo un referente?

–Totalmente. Las vías ferratas creadas, el magnífico balneario o las empresas de ocio y tiempo libre de la localidad, atraen a mucha gente. Hay empresarios jóvenes y el pueblo sin duda ha rejuvenecido con las actividades que se realizan.

–¿Las obras que se están realizando en la carretera N-621 a su paso por el Desfiladero van a significar un antes y un después en la comunicación con Liébana?

–Sin duda, ya que la carretera va a dar seguridad, comodidad y las obras que se están realizando van a buen ritmo. Se están haciendo miradores y aparcamientos disuasorios, y la acera volada desde el balneario al río Cicera va a ser un atractivo.

–¿Qué inversiones se han realizado en esta legislatura y cuáles están previstas realizar?

–En este año hemos hecho pequeñas inversiones que nos parecían importantísimas, como la señalización de todos los barrios, y para el sector ganadero, en Braña Collao, en el puerto de Las Llaves, en el mayor lago natural que hay, lo hemos cerrado, instalando bebederos fuera para el ganado. Además, estamos haciendo una señalización de las cascadas de Cicera; hemos comprado una parcela junto a la iglesia de Linares para hacer un aparcamiento disuasorio, y queremos comprar otra parcela para hacer la depuradora. En Peñarrubia, menos en dos pueblos, en el resto ya existen puntos de carga eléctrica y vamos a ver si lo completamos; estamos redactando el proyecto de los tres pueblos que faltan de asfaltar, Roza, Navedo y Piñeres, para poderlo acometer, e intentando crear viviendas para la gente joven.