Raquel García presentó en Potes su libro 'Nepal, el país de los sentidos'

Eva Cotera presentó a la autora del libro, agradeciéndola su nuevo proyecto y definiéndola como una mujer «valiente, solidaria, artista, montañera, y un poco lebaniega», indicando también que «el libro que hoy se presenta tiene fines solidarios».

Raquel García comenzó su intervención diciendo que «el proyecto de Nepal ha sido deportivo, educativo, social, y como novedad, sanitario. En lo deportivo, el reto era ascender a la cumbre del Pisang Peak, de 6.090 metros; en el aspecto sanitario, fue con la expedición el médico Fonsi Sánchez, y llevamos materiales sanitarios, entre ellos paracetamol, colirios o tratamientos contra la diarrea, donados por el Servicio Cántabro de Salud y por la Fundación Marqués de Valdecilla, para atender a los aldeanos en diferentes poblados».

Seguidamente, se proyectó el documental grabado durante el viaje a Nepal, donde se mostró el recorrido realizado para poder ascender a la cumbre del Pisang Peak, desde Pisang, con los problemas de aclimatación añadidos, debido a la altitud, cruzando cauces de ríos, terrenos abruptos y puentes, para poder llegar al destino final.

El campo base de ascensión a la cumbre se realizó a 4.300 metros, después de pasar por Manang, y Tilicho, donde visitaron un milenario monasterio repleto de reliquias.

Raquel reconoció que «a medida que aumentaba la altura, el paso era lento y pausado, con pendientes acusadas, y eso poco a poco pasó factura. Intentamos llegar a la cima del Pisang Peak saliendo de madrugada, pero hubo que abandonar a 700 metros de la cumbre, descubriendo personalmente que las montañas altas no estaban hechas para mí, aunque reconozco que fue una experiencia maravillosa».

Faltaba otra parte importante del viaje, que se correspondía al proyecto social y educativo, para entregar el material a los niños y para ello, se dirigieron a Katmandú para comprar lo necesario. «Acudimos a un orfanato de niños cuyos padres están en prisión, dejando los materiales que les llevamos, comprobando lo agradecidos y lo felices que son con tan poco. Su sonrisa lo decía todo».

Para la montañera y escritora se ha tratado de un viaje «potente y espiritual, de aventura con mayúsculas, donde lo que he querido difundir es lo diferente que es Nepal y que es lo que menos se conoce».

Durante el coloquio, respecto al trabajo que desarrollan los sherpas, indicó que «hay dos clases de sherpas, los que participan en las grandes expediciones, que son la élite, y los que viven en las aldeas y son porteadores y guías. Las mujeres portean más que los hombres, ya que desde que nacen se dedican a ello, así como a atender a los hijos, las granjas y el ganado. Los hombres, se dedican más al trabajo temporal y el resto del año, ayudan en casa. Es importante resaltar que en Nepal existen 125 etnias y se hablan 123 dialectos. Hasta hace unos años, a las niñas no se las dejaba ir al colegio, y aún en algunas zonas sigue siendo así, confirmando también que muchos niños de familias pobres, que no pueden estudiar, las familias se los ceden durante unos años, a otras familias, mientras duran sus estudios, que les proporcionan educación y techo, a cambio de una deuda contraída, lo que determina que muchos de estos niños acaben siendo esclavos domésticos y en algunos casos, sexuales.

También dijo que «los principales miedos que tienen en la vida los nepalíes son a la oscuridad y a los fantasmas, pero son personas felices. Ellos, solo tienen la riqueza de los valores, mientras en nuestra sociedad se da una mayor importancia a lo material». Igualmente, explicó que «las mujeres sufren mucho de artrosis y tienen las manos destrozadas por trabajar desde muy niñas» y afirmó que «otro de los problemas de la población es una alta incidencia de problemas de cataratas en la visión».

Finalmente, confirmó que «mi próximo viaje será en mayo a Irán, para lo que ya estoy preparando con ilusión esa expedición».

Al concluir el coloquio, firmó ejemplares de su libro 'Nepal, el país de los sentidos' entre los asistentes al acto.