Tresviso estrena mirador sobre el río Urdón

El mirador, cuya construcción se inició el pasado mes de septiembre, se encuentra en un 'cuetu' que, según explica el alcalde de Tresviso, Javier Campo, «tiene un vacío de 200 metros por lo que, sin duda alguna, va a servir para conocer mejor el entorno de Tresviso así como la depresión del río Urdón porque estamos a una altura de alrededor de 800 metros y el río está debajo de esta depresión, a unos 100 metros de altura». Desde el mirador se pueden contemplar el corredor de Matallana y el canal de Urdón; el valle de Peñarrubia, la zona que da vista al collado de Pelea e, incluso, al fondo, la zona de Soba en el límite de la Cordillera Cantábrica con Burgos.

La actuación ha supuesto una inversión de 18.616 euros y está enmarcada dentro de las propuestas que realizó Tresviso dentro del Plan de Sostenibilidad Turística de Liébana, unas propuestas que corren a cargo de la Mancomunidad de Liébana y Peñarrubia. Dentro del Plan aún queda por construir un acuario de tritones en el pueblo de Tresviso y unas rutas interpretativas de la naturaleza en la zona de La Mesa y el valle de Sobra.

El acto de entrega de la obra del mirador contó con la presencia del alcalde de Tresviso, Javier Campo, así como el presidente de la Mancomunidad de Liébana y Peñarrubia, Julio Cires y el gerente del Plan, Andrés García.

El lugar donde se ha construido el mirador tiene su historia y, como explica el regidor, «estuvo muy vinculado a nuestro pueblo porque en el espacio donde se encuentra el mirador del 'cuetu' Sulavilla hubo una explotación minera en 1880 de la que se extraía mineral de calamina y algo de blenda, que se compaginaba con las explotaciones cercanas de las minas de Prias, junto a los invernales del mismo nombre, donde existió un teleférico algo rudimentario que transportaba el mineral hasta la caseta Cerrosa, en la ruta de Urdón a Tresviso y, desde allí se llevaba en carros hasta Urdón, para ser transportado hasta Unquera».

Jesús Gutiérrez, responsable de la empresa Alpine Proyect, adjudicataria del proyecto, explicó que «en la zona de entrada al recinto se han instalado dos bancos con mesas y, hasta el punto final del mirador, hemos colocado un cierre en madera de pino cepillado en autoclave, de alrededor de 130 metros lineales, y otros 50 metros en vallado con malla ganadera, con estacas de madera, para cerrar hacia abajo del valle, donde hay una mayor altura». En cuanto al cerramiento, se ha cerrado el perímetro para evitar que el ganado pueda entrar y «finalmente, en varios puntos del fondo del mirador hemos colocado unos pequeños carteles de precaución para que a nadie se le ocurra subirse al borde que da al vacío.

Para Julio Cires, presidente de la Mancomunidad de Liébana y Peñarrubia, el nuevo mirador «va a ser un lugar único de disfrute de todas las personas que se acerquen hasta él».