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Un grupo de hombres recoge la uva en la comarca de Liébana.

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Un grupo de hombres recoge la uva en la comarca de Liébana. Pedro Álvarez

El sol de este verano adelanta la vendimia lebaniega

Pese a que no se suele recoger la uva hasta octubre, esta temporada la mayoría de viticultores ya ha empezado

Domingo, 25 de septiembre 2022, 07:27

La comarca lebaniega se encuentra ya inmersa en la vendimia. Una tradición que se remonta a la Edad Media y que en los últimos años ha vuelto a resurgir tras momentos ya pasados en los que las plagas y posteriormente la pérdida de población y el abandono de viñedos fueron mermando la actividad en la zona. Pero ahora ha vuelto, principalmente, gracias al impulso de jóvenes empresarios que han recuperado viñedos y plantado nuevas cepas para elaborar en sus bodegas vinos de auténtica calidad que han sido reconocidos con premios nacionales e internacionales. Dentro de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Vino de la Tierra de Liébana, según datos aportados por la Oficina de Calidad Alimentaria de Cantabria (Odeca), se encuentran un total de 27 viticultores inscritos en la comarca lebaniega. En la zona hay cinco bodegas, que se corresponden a José María González, Bodega Orujo de Potes, Compañía Lebaniega de Vinos y Licores, Destilería y bodega Cayo y Bodega Orujo de Liébana.

Esta campaña ha tenido dos características fundamentales: por un lado, contar con un fruto sano, de gran calidad y de cantidad; y, por otro lado, ha resultado ser una vendimia muy temprana, ya que generalmente el mes de octubre suele ser el elegido para poder realizar la labor de recogida de la uva, que ha estado favorecida por un mayor número de horas de sol.

Los viñedos existentes en las laderas de localidades como Los Cos o Cambarco han sido las zonas principales vendimiadas por los responsables de la bodega Picos de Cabariezo, situada en la localidad de Cabariezo (Cabezón de Liébana). José Antonio Parra, uno de los empresarios socios de dicha empresa, que participó en la recogida de la uva, reconocía una vez concluida la vendimia que «algo más de un 50% de la producción de las uvas blancas de la variedad de godello se ha perdido por las heladas de la primavera». No obstante, indicaba que «el resto de las uvas tienen muy buena calidad, así como una graduación de trece grados de media, que para nosotros es ideal».

Dos de los viticultores enseñan la buena calidad de los racimos de uva. P.A.

Los productores destacan que esta campaña han obtenido mucho fruto y de calidad

Parra destacaba que «este año ha sido desde que comenzamos con la bodega en el año 2000 el más temprano a la hora de vendimiar, porque la maduración era adecuada y no se podía esperar a que el agua pueda pudrir el fruto». Respecto a los daños causados por la fauna silvestre, que cada temporada sufren en sus plantaciones, mostraba su preocupación «porque además de pájaros y jabalíes, esta temporada hemos tenido una mayor presencia del oso en la viña». Pese a esos invitados indeseados, el empresario lebaniego calcula que «aproximadamente habremos recogido alrededor de 30.000 kilogramos de uvas en esta vendimia».

Cepas de viñedos envejecidas y centenarias, transmitidas a través de generaciones y cuidadas en poblaciones como Potes, Tudes o Pendes son las que conforman la producción de uvas de la empresa Orujo Mariano Camacho a cargo de Segundo Cuesta y su esposa, Camino Cotera. La bodega del matrimonio está ubicada en Valmeo (Vega de Liébana) y recogen su fruto a inicios del otoño de cada año, al igual que el resto de vendimiadores, con ayuda de familiares y amigos. Tanto Segundo como Camino se muestran muy satisfechos con la producción de este año de uva y consideran que «estamos hablando de uno de esos años importantes para los viticultores, por la cantidad y calidad de la uva que tenemos en nuestras viñas», apuntan sin olvidar esas otras temporadas en las que «la cosecha se ve muy mermada por las heladas, tormentas y fauna». De hecho, según Segundo, «la ausencia de lluvias, tormentas y fuertes heladas nos ha beneficiado porque no ha habido enfermedades peligrosas para el viñedo».

Uno de los recolectores carga con una canasta rebosante de fruto. P.A.

Otro viticultor que se encuentra en plena vendimia es Manel Gómez, de la Bodega Cayo, situada en Mesa sin Pan, en Cabezón de Liébana. El empresario, cuyos vinos también forman parte de la IGP Vino de la Tierra de Liébana, recuerda que «la helada de abril dejó mermadas las viñas autóctonas, pero vamos a recoger en el resto de plantación un buen fruto y de calidad, en la misma línea de otros años».

Nuevas plantaciones

En el lugar de Bobaliego (Cillorigo de Liébana) ha comenzado a dar fruto la nueva plantación. «Se trata de cuatro mil plantas emparradas, con una mayoría de uvas de la variedad de Mencía, y con otras variedades como syrah y dos diferentes de tempranillo, y estamos muy satisfechos de cómo esta nueva plantación comienza a dar sus frutos». Son palabras de Gómez, que sigue inmerso en la bodega que está levantando en Mesa sin Pan, junto a sus bancales de viñedos y en la que también quieren disponer de destilería para elaborar su propio orujo, demostrando que todavía hay muchos proyectos por germinar en los campos de Liébana.

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