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Pablo Grau, es un niño lebaniego de siete años, que vive en la localidad de Ojedo, al que sus padres y abuelos ... le han inculcado desde niño el cariño hacia las tradiciones de su tierra. Este año tan duro con motivo del covid-19, muchas de esas tradiciones no se han podido celebrar en la comarca. Con motivo de la no celebración de la procesión anual de la Virgen de la Luz el 2 de mayo del pasado año, Pablo, con ayuda de sus padres, recreó la procesión con ayuda de sus playmobil. Han llegado las navidades y los Reyes Magos, y ya que no se podrá disfrutar de la cabalgata ni de la entrega de regalos en la Torre del Infantado de Potes, él, ha querido volver a recrear esas vivencias que desde niño le han inculcado en casa, y ha reproducido escenas que durante sus años de niñez ha estado viviendo cada año, en una maqueta donde no falta ningún detalle.
Pablo, reconoce que «ha acabado un año duro, diferente para nosotros. Un año de inseguridades, miedos y reflexión, pero también de complicidades, aprendizajes, ya que hemos sido capaces de redescubrir el tiempo, de aprender el significado de los vínculos, de considerar aquello que nos emociona, y de poner en valor, una vez más, la importancia y necesidad de compartir con los demás nuestras alegrías e ilusiones».
Considera que «debemos mantener la esperanza de que este nuevo año 2021 todo va a ir mejor y seguir celebrando la vida. El tiempo no se detiene y no podemos permitir que la pandemia nos enturbie la noche más mágica del año, la noche de Reyes, ya que ni en nuestras peores pesadillas imaginábamos que Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, este año no entregarían nuestros regalos en la Torre del Infantado de Potes, pero este año los Reyes Magos llegarán a Liébana, estoy seguro, pero de una manera diferente».
Por todo ello, Pablo, con la ayuda de sus padres, ha querido representar con sus figuras de playmobil, «la entrega de regalos de nuestra preciosa Torre del Infantado, y así poder recordar y compartir con todos vosotros estos momentos tan entrañables que durante año tras año, hemos podido vivir y disfrutar con nuestros padres, hermanos o abuelos».
Finalmente, quiere dedicar el trabajo realizado «a todos nuestros abuelos de Liébana, y de una forma muy especial a mis abuelos, por habernos sabido transmitir tradiciones y costumbres que de generación en generación, han ido dejando una huella, que ni el tiempo ni nada ni nadie, podrán borrar jamás».
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