La orujera Mariano Camacho se lleva la Alquitara de Oro por séptima vez

Pasadas las doce del mediodía, la notaria de Potes, María del Pilar Méndez, era la encargada de abrir el sobre que contenía el nombre de la empresa ganadora de la Alquitara: el número 3, que correspondía a la orujera Mariano Camacho. La empresa radicada en Valmeo (Vega de Liébana) conseguía así su séptimo reconocimiento desde que se inició la Fiesta del Orujo, lo que la convierte en la que acumula un mayor número de galardones, ya que la orujera fue la ganadora del premio al Mejor Orujo en el año 1999 y tiene en su haber seis Alquitaras de Oro (2001, 2010, 2014, 2015, 2019 y 2023). La empresa, fundada por Mariano Camacho, elabora varios tipos de orujo y licores. Inició su actividad en 1987 y posee viñedos en Tudes y Porceda.

El director general de Turismo y Hostelería, Gustavo Cubero, fue el encargado de entregar la placa conmemorativa y fue Adrián Cuesta quien actuó como portavoz de la familia para agradecer la distinción. «Llevo disfrutando de esta fiesta desde que era un niño pequeño, cuando aún se celebraba en la plaza. Siempre recuerdo a mi familia alrededor de una alquitara», señaló Adrián, hijo de Segundo Cuesta y Camino Cotera. Recordó que la suya es una empresa familiar «a la que este fin de semana se nos han juntado dos grandes retos, como son atender el restaurante en la Plazuela del Llano y la caseta de la destilería, en la Fiesta». Destacó que todo ello no sería posible «sin el capital humano que forman Los Camachos, los trabajadores y, sobre todo, los amigos que están ahí siempre que los necesitamos».

Tuvo también un recuerdo para el fundador de la empresa que «heredamos del tío de mi padre, Mariano, quien hoy tenemos la suerte de que nos acompañe y podemos seguir aprendiendo de él y tenerlo como referente». Agradeció «al Ayuntamiento de Potes y al Gobierno de Cantabria su colaboración» y destacó que, para sus padres, éste es el séptimo galardón que reciben en la Fiesta del Orujo. «¡Es un orgullo! Porque para mi hermana y para mí son todo un espejo donde mirarnos, tanto en lo profesional como en lo personal».

Terminó su intervención con unas emotivas palabras dedicadas a su abuelo, Manuel Cotera, ya fallecido. «Hoy es el primer año que no nos acompaña. Siempre celebraba en la discreción nuestras victorias como suyas», señaló Adrián Cuesta. «Mi abuelo fue un hombre dedicado a la viticultura, al orujo y al calor de una alquitara y, por eso, este premio está dedicado a él. Ahí arriba, donde estés, estoy seguro que esta noche una estrella en forma de alquitara brillará por todo lo alto», concluyó.

Por su parte, el director general de Turismo, Gustavo Cubero, dio la enhorabuena a todas las empresas participantes en la Fiesta y, de manera especial, a la ganadora de la Alquitara de Oro. Destacó que todas ellas hacen posible «que en esta fiesta todos nos sintamos como en nuestra propia casa» y aseguró que «desde hoy todos trabajaremos para conseguir que la Fiesta del Orujo sea declarada de Interés Turístico Internacional».

El alcalde de Potes, Javier Gómez, fue el encargado de cerrar el acto felicitando a los premiados y agradeciendo el esfuerzo de todos aquellos «que han hecho posible un año más el desarrollo tranquilo de la fiesta y, de una forma especial, a los trabajadores del Ayuntamiento de Potes, así como a las Fuerzas de Seguridad del Estado que hacen posible con su esfuerzo que se pueda disfrutar de este festejo».

La última jornada de la 31 edición de la Fiesta del Orujo finalizó con las colas para la degustación de boronos con manzanas repinaldas en la caseta oficial del Ayuntamiento de Potes. Fue la guinda de una jornada de celebración que se inició por la mañana con un taller artesanal de decoración floral, textil y de lana lebaniega, con coronas y guirnaldas, impartido por Beatus Ille, en el interior de la carpa instalada en La Serna, donde se han desarrollado gran parte de los actos festivos del fin de semana. Poco después, sobre el escenario de la carpa, el grupo de danzas Entremontañas-Virgen de la Cuesta, de Los Corrales de Buelna, fue el encargado de hacer una exhibición de folclore regional.