El acceso a El Soplao desde Rionansa ya tiene el visto bueno de Medio Ambiente

El proyecto de la carretera de Celis a La Florida, para conectar con el complejo de la cueva de El Soplao, ha recibido de la Dirección General de Medio Ambiente el informe de impacto ambiental con una serie de condiciones de pequeña importancia, lo que supone un importante paso para la culminación de esta actuación reivindicada desde hace ya bastantes años desde el municipio de Rionansa, en cumplimiento del convenio suscrito en su momento por el Gobierno de Cantabria con los tres ayuntamientos en los que se encuentra asentada la famosa cueva que se ha convertido en el principal recurso turístico de la zona.

Por el citado convenio el Gobierno cántabro se comprometía a dotar al complejo de El Soplao de tres accesos, uno por cada municipio. Desde el inicio se construyó el que parte desde Rábago en el municipio de Herrerías. Posteriormente se construyó el que conecta con Valdáliga a través de La Florida. Sin embargo el de Rionansa inicialmente se paralizó, lo que llevó en su momento a la Junta Vecinal de Celis a denunciarlo ante los juzgados obligando al Ejecutivo a realizarlo, algo que ahora parece que se convertirá en una próxima realidad.

Para ello se redactó un proyecto que sin embargo en el año 2012 recibió un informe negativo de impacto ambiental, sin que desde el Gobierno, presidido entonces por Ignacio Diego, se actuase para modificarlo.

Ante ello, los responsables de la actual corporación, presidida por el regionalista Pedro González, y el nuevo presidente de la Junta Vecinal de Celis y también concejal regionalista, Enrique Pérez, tomaron cartas en el asunto junto a los nuevos responsables de la Consejería de Obras Públicas, redactando un nuevo proyecto que aprovechando en su mayor parte el trazado de la pista existente que parte del pueblo de Celis, conecta con la carretera del Soplao.

«El nuevo proyecto cumple con las recomendaciones del informe de impacto ambiental anterior, contando con un trazado respetuoso con el entorno, en el que no se invade ningún espacio protegido, renunciando a eliminar pendientes, evitando movimientos de tierras innecesarios», señaló el alcalde de Rionansa, Pedro González, que también se muestra convencido de que la nueva carretera «no sólo no perjudicará, sino que fomentará la recuperación paisajística y medioambiental del entorno, al permitir un acceso rápido de los servicios contra incendios a una zona generalmente muy castigada por los fuegos», asegura.

Esta nueva carretera, de unos tres kilómetros de recorrido, tendrá un coste aproximado de un millón y medio de euros. Con la aprobación del informe de impacto ambiental, el alcalde destacó que existe el compromiso por la Consejería de Obras Públicas de sacarla a licitación a inicios del próximo año, con el objetivo de que pueda estar ejecutada a lo largo del año 2018.