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La carretera que une los barrios de San Pedro de Rudagüera y Lloredo, en el término municipal de Alfoz de Lloredo, está cerrada. El Ayuntamiento ha precintado la vía para evitar que los desprendimientos constantes que se producen en la zona causen problemas más graves ... a conductores o peatones. «Cuando hace viento o llueve caen piedras y ramas de gran tamaño sobre la carretera», explicó ayer el alcalde, Enrique Bretones, quien alerta de que es algo que viene sucediendo «desde hace varios años», pero para lo que de momento no se ha encontrado una solución factible. Los técnicos de la Consejería de Fomento «han visitado el enclave y están estudiando varias opciones para evitar los desprendimientos». Una de ellas, apuntó el alcalde, consistiría en colocar una malla metálica en la montaña, lo que evitaría que las piedras se precipitasen sobre el camino. La otra opción «sería cerrar el tramo de forma definitiva y adecuar un camino vecinal fruto de la concentración parcelaria». «Elegiremos la opción que aporte mayor seguridad, siempre y cuando podamos asumir el presupuesto», adelantó el regidor.
Mientras tanto, los vecinos de San Pedro de Rudagüera que quieran ir a Lloredo tienen que realizar un recorrido «un poco más largo». Una coyuntura a la que se añade el inconveniente que genera la obra que se está ejecutando para eliminar el paso a nivel de San Pedro, que también ha conllevado el cierre del vial y que deja a los habitantes de este núcleo rural con una única vía de comunicación con los pueblos de alrededor y con la carretera nacional. En este aspecto, Bretones adelantó ayer que las obras para soterrar las vías del tren -y levantar un paso elevado- «podrían estar finalizadas para el mes de mayo». Una actuación, esta última, que ha sido muy demandada durante varios años por la peligrosidad que entrañaba el cruce sobre la vía férrea.
Otro de los quebraderos de cabeza del Consistorio alfocense es el argayo de Quintana, en la localidad de Cóbreces. En este caso, «se trata de un punto concreto de la carretera -donde también se ha cortado la circulación- que se ha ido socavando como consecuencia del agua que pasa por debajo del vial». El sumidero «ha debilitado el firme, hasta tal punto de que ha terminado por venirse abajo». Bretones aseguró que «la Consejería ya está al tanto de este problema y se ha empezado a pilotar el terreno, con el fin de instalar vigas que refuercen el tramo afectado». Desde Fomento confirmaron que la carretera «lleva dos años cerrada». La Consejería ha «enviado a los técnicos y el siguiente paso consistirá en redactar una solución técnica para retirar el argayo y reabrir el tramo», señalaron. El regidor de Alfoz espera que los tiempos no se alarguen en exceso «y los trabajos comiencen a ejecutarse una vez ya dispongan de un presupuesto aproximado de las obras».
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