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No hay entendimiento y por tanto, no hay dinero para rehabilitar el Ángel Guardián y la reja ornamental de Domènech del cementerio de Comillas. Al menos de momento.
Así lo ha asegurado el artífice de este proyecto y presidente de la Asociación para la Conservación ... de los Órganos de Cantabria, Enrique Campuzano. Hace unos meses, varios restauradores del Instituto de Patrimonio Cultural Español visitaron el cementerio de Comillas, a petición de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, y emitieron un informe sobre estos dos elementos del antiguo camposanto, que necesitan una reparación urgente, ya que el paso del tiempo ha ido dejando sus huellas. En el informe se recogían los daños sufridos por el Ángel de Josep Llimona y la reja del arquitecto catalán y se realizaba un cálculo de lo que podía costar la rehabilitación de ambas estructuras.
Sobre el Ángel Guardián, el documento decía que para realizar la intervención, «sería necesaria la colocación de un andamiaje reglado que permita trabajar in situ, o bien transportar la escultura a un lugar acondicionado para su tratamiento y su posterior colocación en el lugar original». Además, añadía, «habría que realizar un tratamiento de acondicionamiento del muro sobre el que se ubica». La actuación de conservación-restauración de la escultura (sin contar con medios auxiliares y acondicionamiento del muro) podría realizarse con un contrato menor de 18.000 euros más IVA. El informe añadía que «el tiempo entre la redacción del proyecto y su ejecución debe ser el menor posible con el fin de que no aparezcan nuevas alteraciones y no sirva el proyecto por quedarse obsoleto».
Por otro lado, la intervención en la reja de Domènech debe realizarse aún con mayor urgencia, «pues se encuentra deteriorada en un 75%, como consecuencia de haber empleado hierro no compatible con el original en su rehabilitación, lo que ha causado pérdidas importantes de material, así como una fuerte corrosión por los óxidos e hidróxidos», alertó Campuzano. Los expertos calcularon que la actuación consistiría en la eliminación del hierro de reposición, saneado del original y reintegración con hierro compatible. El equipo deberá estar formado, entre otros, por un técnico restaurador-conservador, un químico metalúrgico y un herrero-forjador para la reintegración del material. El presupuesto aproximado es de 50.000 euros.
El problema es que tras la emisión de este informe, nada se ha vuelto a saber sobre la rehabilitación de estos dos elementos.Campuzano asegura que lo que no hay es entendimiento entre las partes. «El cementerio es un Bien de Interés Cultural (BIC) y por tanto son las Administraciones las que tienen que velar por su conservación», aseguró. Lo que sucede, dijo, «es que la ley no especifica en qué condiciones y en qué cuantía tiene que colaborar el Gobierno en esa restauración». Existe, aseguró,«una falta de sintonía entre el Gobierno Central y el Gobierno Regional, lo que dificulta que el Instituto de Patrimonio Cultural Español, que en ocasiones ha costeado la rehabilitación integral de algunas obras, aporte una subvención». «Desde la Fundación Domènech estamos tratando de ver si podemos encontrar alguna aportación privada para la conservación de estos elementos», adelantó Campuzano. Mientras, el proyecto está paralizado.
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