Antonio Resines, Alubiero Mayor en Casar

La consejera de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación, María Jesús Susinos, destacó la distinción a Resines, «uno de los nuestros, parte de nuestra tierra y de nuestra cultura y un fantástico embajador», a quien los vecinos eligieron como Alubiero Mayor «para que vayas contando las bonanzas y pregonando a los cuatro vientos la calidad que tienen los productos de Casar de Periedo y de toda Cantabria».

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Aún no era la una de la tarde pero algunos se perdieron el simpático momento del actor porque ya estaban haciendo cola para probar el cocido, que Cándido Salmón, de La Ermita Cantabria, y su equipo, estaban preparando para repartir a partir de las dos, «con mucho amor, que es lo más importante», pero sobre todo con «alubia, berza, morcilla, chorizo, panceta, cebolla, zanahoria, sal, aceite de oliva y ajo». Para calcular las cantidades y acertar con los vales que se vendieron, más de dos mil, se utilizó la fórmula de pi. «Sacamos el área del círculo, establecemos la altura y sabemos que con tanta altura, tanta capacidad y con esa capacidad da para tantos comensales», indicaba.

A las once y media, ya estaba en la fila Luciano Turean, que había venido más veces pero era la única que se había puesto el primero en la fila. ¿Por qué, habiendo vales adquiridos previamente? «Pues porque mira lo que hay detrás, explicaba apuntando a la inmensa cola. Tras él, Claudio Pernía, de Torrelavega, que viene desde hace doce años. Hasta ahora lo hacía en condición de artesano, pero hoy como comensal aventajado. «Porque si vienes a la una, te encuentras con cien o doscientas personas». Otros prefirieron perder puestos en la cola y disfrutar de los distintos puestos y demostraciones, como la de ordeño de vacas en la cuadrona, a cargo de Granja Cudaña. Después de comer, hubo reparto de té del puerto con orujo, gentileza de orujera Manrubio, sorteo de cestas de productos donados por productores y artesanos de la feria y actuación de las Pandereteras de Ruente.

En cuanto a las demostraciones, llamó la atención una vez más la tradicional bajada del chon, puesto donde desde el sábado se despacharon productos de la matanza, con gran afluencia de gente. El tiempo, más soleado el sábado y nublado el domingo, acompañó en ambas jornadas, pues la lluvia respetó en todo momento y los numerosos asistentes pudieron disfrutar de un evento que el próximo año celebrará su edición número veinte.