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Como era de esperar tras las intensas lluvias que se han venido produciendo en Cantabria en los últimos días, el argayo de Ruente vuelve a ser noticia, no tanto porque continúe deslizándose, algo que, según han advertido los técnicos, es normal dadas las características de la montaña ... , sino porque desde Obras Públicas se están planteando la posibilidad de intervenir con una máquina especial para limpiar la piedra de lo alto de la ladera –una actuación que se ha llevado a cabo en dos ocasiones desde que finalizaran las labores de reconstrucción-. «Vamos a continuar vigilando el comportamiento del argayo para ver si se estabiliza o empleamos la máquina», explicó ayer el director general de Obras Públicas, Manuel del Jesús. La montaña de Ruente mantiene en alerta a los vecinos del valle de Cabuérniga desde hace casi dos años, cuando toneladas de piedras y tierra cayeron sobre la carretera CA-181 como consecuencia del fuerte temporal que arrasó la región. El suceso hizo pedazos la rutina de los habitantes del valle, que permanecieron varias semanas semiaislados. Aunque el argayo terminó por retirarse en su totalidad y se colocaron fuertes medidas de protección en la zona baja de la montaña, la ladera continúa en constante movimiento. Y más con la climatología adversa.
director general de obras públicas | manuel del rio
Desde Obras Públicas refuerzan estos días las labores de vigilancia, a pesar de que nadie se sorprende por la caída de piedras en los márgenes de la vía. «Por eso colocamos una malla y un muro de protección», insiste Del Río, quien advierte de que los movimientos «son superficiales, no profundos». Y ha llovido tanto estos días «que el agua entra por todas partes». Y sale. De ahí la previsible caída de piedras y tierra. «Estamos haciendo un seguimiento de la situación y limpiando la zona para mantener la seguridad». Si en los próximos días aumenta el movimiento del argayo, «nos plantearemos emplear una máquina para limpiar la cúspide de la montaña». Si todo sigue igual, no será necesario. Eso sí, advierte el director general, el riesgo cero no existe en Ruente: «El argayo supone un riesgo controlado y controlable». «Nunca se puede asegurar que no hay peligro, pero ahora mismo no vemos un riesgo inminente», insiste el técnico. Eso sí, durante los próximos días seguirán con un ojo puesto en la montaña de Ruente, sobre todo porque va a continuar lloviendo.
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