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En la parte superior del argayo se aprecian los deslizamientos de la ladera. En la parte baja están instaladas las medidas de protección

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En la parte superior del argayo se aprecian los deslizamientos de la ladera. En la parte baja están instaladas las medidas de protección Javier Rosendo

El argayo de Ruente está «controlado», aunque la tierra siga deslizándose

Desde Obras Públicas observan y vigilan la montaña conscientes de que continúa en movimiento y advierten de que «no hay peligro»

Martes, 22 de diciembre 2020, 06:45

El de Ruente es algo más que un simple argayo de los muchos que se dieron en la región aquella semana fatídica de inundaciones, en enero de 2019. Es el argayo por antonomasia. Primero, por sus enormes dimensiones -se hablaba de un talud tan alto como un edificio de treinta plantas- ... y segundo, porque a pesar de que ya se estabilizó, la tierra continúa en movimiento. Desde la Consejería de Obras Públicas insisten en que el tema está «controladísimo», en superlativo. Sin embargo, el deslizamiento constante de piedras a lo largo y ancho de la ladera, preocupa. Sobre todo porque el comportamiento de esta montaña del valle de Cabuérniga influye en el resto del entorno como una pieza de dominó. No es necesario ser un experto para pronosticar lo que sucedería en caso de que se viniera abajo, algo que los técnicos no vaticinan en absoluto, aunque nadie tiene un cien por cien de certidumbre, como con nada en la vida.

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