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Las últimas inundaciones registradas en Cantabria como consecuencia de las fuertes lluvias y el desbordamiento del río Saja en Cabezón de la Sal y Mazcuerras en enero de 2019 marcaron un punto de inflexión para que los organismos competentes comenzasen a tomar cartas en ... el asunto. Tras dos años de trámites burocráticos y algunos desencuentros entre las administraciones y los vecinos afectados que aún están en vías de resolverse, la Consejería de Obras Públicas ha comenzado los primeros trabajos sobre el río a la altura del Minchón, en la pedanía cabezonense de Ontoria. Las obras se enmarcan dentro del Plan de Recuperación Medioambiental del río Saja ideado por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), en colaboración con la Consejería y los dos ayuntamientos afectados y tiene como objetivo proteger los núcleos urbanos ante las avenidas del río Saja.
El acuerdo a tres bandas ha dado sus frutos y al fin se está ejecutando una de las numerosas fases que comprende este macroproyecto, seguramente el de mayor envergadura que se ha puesto en marcha sobre el Saja, acorde a la devastación que trajo consigo la última riada. La inversión ronda los ocho millones de euros y, aunque la parte gruesa del proyecto recae sobre Confederación (aportará más de seis millones de euros), ha sido la Consejería de Obras Públicas quien ha comenzado las primeras actuaciones. Se cumplen así los plazos previstos, anunciados por la directora general de Obras Hidráulicas, Sandra García, quien el mes pasado aseguró que los trabajos se iniciarían en septiembre.
La labor del Gobierno de Cantabria dentro del plan consiste fundamentalmente en construir medidas de protección de los núcleos urbanos y evitar que se produzcan argayos o situaciones similares. ¿Cómo? Levantando escolleras, que es precisamente lo que se está haciendo en Ontoria. El río Saja bordea esta localidad por el Este, en el punto en el que discurre parte de la senda fluvial del Minchón. Una de las zonas más afectadas por las inundaciones se sitúa en la zona baja de Ontoria, donde se localizan una serie de viviendas y un área de esparcimiento amenazadas por un brazo del río que se activa en épocas de avenidas. El objetivo de los trabajos es realizar las labores necesarias para «estabilizar, impermeabilizar, proteger y revegetar el talud de la margen izquierda de este brazo fluvial», según informaron desde la Consejería de Obras Públicas. Antes de construir la escollera, «es necesario limpiar la zona de vegetación y desviar el agua en tanto en cuanto duren los trabajos».
8millones de euros es el coste del proyecto elaborado a tres bandas
Después, «se introducirán los materiales geotextiles que ayuden a mantener la escollera, sobre los que se extenderá una capa de tierra vegetal de veinte centímetros de espesor», detalló el consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa. A continuación, se procederá a construir la escollera de protección de un metro de espesor. «Con esta actuación pretendemos ampliar el cauce del río y proteger los núcleos en el caso de que llegue el agua», concretó Gochicoa.
Los trabajos fueron adjudicados a la empresa Copsesa y tienen un coste de 75.173 euros, que son financiados íntegramente por el Gobierno de Cantabria. El alcalde de Cabezón de la Sal, Víctor Manuel Reinoso, visitó esta semana las obras y estima que en un mes estén finalizadas.
Reinoso, quien destacó la buena disposición del Gobierno de Cantabria, explicó que el proyecto avanza a toda velocidad. «La Consejería ya ha adjudicado otra obra en la pedanía de Santibáñez que comenzará en breve», dijo. La previsión es ir realizando estas actuaciones de forma paralela, de manera que la parte del trabajo que compete a la Consejería «esté finalizado entre este año y comienzos de 2022», adelantó el consejero.
La parte del proyecto que corresponde a la Confederación Hidrográfica avanza, sin embargo, a un ritmo más lento dadas las trabas planteadas por algunos vecinos afectados, que han mostrado su desacuerdo con determinados aspectos del plan. Este organismo contempla la construcción de una mota de defensa de la margen izquierda del río sobre la que se construiría un camino peatonal y ciclable desde la zona conocida como Los Ciruelos, en Vernejo, hasta el Minchón, en Ontoria. Los vecinos presentaron doscientas alegaciones en contra al considerar que «ya existe un camino a cien metros del que se quiere levantar, que conecta ambos núcleos, además de otros tres mil metros cuadrados de sendas e itinerarios que pueden adaptarse a las necesidades del proyecto sin acometer nuevos trazados».
El alcalde explicó ayer que «el informe de Confederación -que no se ha mostrado renuente a realizar modificaciones- ya cuenta con el visto bueno de la Abogacía del Estado y se encuentra pendiente de la respuesta del Ministerio de Transición Ecológica». Reinoso aclaró que «se están dando los pasos para su aprobación», aunque habrá que ver si los afectados y el organismo hidráulico consiguen llegar a un acuerdo que satisfaga a ambas partes. Al fin y al cabo todos buscan el mismo objetivo: que el río Saja no se vuelva a desbordar.
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