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Operarios de la empresa TedCon Integral trabajan ya en la preparación del terreno para comenzar las obras de adecuación del edificio Doctor Arines de Cabezón de la Sal, que pasará –junto al antiguo consultorio médico– a ser la sede del centro de adultos Margarita Salas. ... El inicio de la actividad en el recinto objeto de la reforma es por sí solo un hito, aunque aún no haya máquinas ni obreros que las hagan funcionar. «Los encargados están instalando el mobiliario de obra para los trabajadores y vallando la zona», ha confirmado el alcalde, Óscar López. Es un hito porque Cabezón lleva cinco años de retraso y ha tenido que sortear muchos escollos administrativos y políticos, que han venido retrasando un proyecto del que se empezó a hablar en el año 2019. Justo después de que el edificio del antiguo centro de salud quedara en desuso y decidieran trasladar allí la escuela de adultos. El objetivo era aprovechar la instalación para ampliar el centro educativo, radicado a su vez en la escuela taller, un espacio que hace tiempo no cubre las necesidades de los usuarios. A la obsoleta construcción sanitaria se sumaría más tarde el edificio de Doctor Arines ubicado en la parcela contigua. Una especie de centro cultural cuyo uso estaba sujeto a un convenio con la Universidad de Cantabria, pero que también llevaba varios años infrautilizado. El Ayuntamiento finalizó el contrato con la universidad y cedió la antigua casa del médico a la Consejería de Educación para que realizara la correspondiente reforma y lo convirtiera en un apéndice de Margarita Salas. La actuación está valorada en 2,1 millones de euros.
Con los dos centros disponibles, la previsión era que el Gobierno de Cantabria redactara un pliego y sacase el proyecto a licitación, pero los trámites se eternizaron y el paso del tiempo ha dejado una huella de humedades, grietas, escombros y telarañas en las dependencias de ambas construcciones. A lo que hay que añadir actos vandálicos y jóvenes que se cuelan para hacer botellón. A la vez, en estos cinco años, se ha anunciado el comienzo de las obras en varias ocasiones, pero al final no han sido más que pronósticos nunca cumplidos.
Mientras, desde el centro educativo han llevado a cabo sus propias medidas de presión. La última, hace dos semanas, cuando la Asociación de Alumnos de la escuela de adultos, El Coloñu, solicitó al alcalde que pidiese una «explicación formal y por escrito» a la Dirección General de Centros Educativos acerca del retraso en las obras de su futura sede. Alegan que la necesidad de contar con un espacio dotacional es cada vez más acuciante, dado que en los últimos tiempos ha crecido tanto el número de alumnos como la oferta educativa. Y argumentan, también, que la escuela de adultos es un centro «comarcal», es decir, que da servicio a unos 15.000 habitantes. El regidor informó entonces de que ya se había puesto en contacto con la institución, tras haber recibido «explicaciones de palabra».
Dos semanas después, el alcalde ha anunciado este martes que al fin «ya hay gente trabajando en el recinto», realizando las labores previas a la puesta en marcha de los trabajos. El plazo de ejecución de los trabajos es de doce meses. Si se cumple, en un año Cabezón podría contar ya con una escuela de adultos acorde a la demanda educativa. La reforma integral de los edificios contempla la creación y ampliación de «aulas para el claustro y para los alumnos, así como la instalación de un área para la realización de talleres». En conjunto, disponer de las dos construcciones supondrá «un salto cualitativo en relación a la situación actual», tal y como indicó el consejero Silva en su momento.
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