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Papeleras en el suelo, maceteros tumbados... Hace tiempo que en Cabezón de la Sal preocupa el reguero de pequeños actos vandálicos con el que amanecen los lunes, más cuando el pueblo ha acogido alguna fiesta importante, como en el Día de La Montaña o los ... carnavales... Molesta. Enfada. Pero, al final, se impone la resignación, porque en el pueblo observan que pasa en muchos otros lugares y son cosas casi «normales» tras una noche de juerga, en una localidad que es centro de la comarca Saja y que congrega a la juventud de los alrededores. Pero lo que ha ocurrido en la noche del 23 de diciembre ha rebasado la línea de la tolerancia. «Nos han atacado en el corazón», asevera el alcalde, Víctor Manuel Reinoso. Alguien ha roto el monumento a la bicicleta erigido en la rotonda de la Plaza de la Paz, lo más fotografiado de esta villa cántabra. Esta bici de madera con ruedas de carro es un homenaje a Los 10.000 de El Soplao, el evento ciclista también conocido como 'El Infierno Cántabro' con el que todos por allí se sienten profundamente identificados. «El daño es moral, más que económico», añade también el organizador de esta prueba, Chuchi Maestegui, el colectivo precursor del monumento que armó en el año 2010 Daniel Jesús Gómez, un 'manitas' de la organización, con la ayuda de un gran equipo en la consecución de los materiales.
Las redes sociales están que arden. «Bárbaros» y «bestias» es el apelativo más bonito que dedican a los autores. De ellos, nada se sabe de momento. El Ayuntamiento de Cabezón de la Sal tiene una cámara instalada en esta plaza, pero no almacena imágenes, solo graba en tiempo real. Los vecinos piden que se visualicen las que pueda haber captado la cámara del banco Santander. Hay ganas de saber quién ha sido y por qué lo ha hecho.
Mientras, los artífices del monumento asumen que tendrán que repararlo y, tal vez, buscarle otro emplazamiento. «Íbamos a restaurarla, estábamos planteándolo. Ahora nos obligan a hacerlo ya. No nos queda otra», señala Chuchi Maestegui. Sí. Tiene arreglo. Está partida por la mitad y poco más. Pero no es eso. «Ha sido hecha con mucha ilusión, con la implicación de mucha gente, y cómo duele que se confunda la diversión en las cenas de Navidad con estos destrozos, y más sobre este emblema con un valor sentimental tan grande, que tiene cientos, miles de fotos, que todo el que va a Cabezón no se va sin visitar la bici».
Piensa Maestegui que los que hayan roto la bicicleta «han ido a romperla directamente. Porque también apareció una valla dentro de la fuente. Eso no ha sido casual». No opinan lo mismo desde la Guardia Civil, porque está partida por la mitad, «como si alguien se hubiera sentado encima para hacerse una foto» y de momento el instituto armado no lo ha tipificado como acto vandálico. Esta mañana todavía no había ninguna denuncia presentada por estos hechos.
Pero todo se andará. Hoy el alcalde hablaba entristecido de lo ocurrido con el «símbolo de Cabezón», porque destaca que esa bicicleta de madera «todos la sienten como suya, más que contra un reclamo turístico esto es un ataque al corazón», repetía.
El regidor desvincula el destrozo de la bicicleta, ocurrido el viernes por la noche o la madrugada del sábado, con otros estropicios leves en el mobiliario urbano registrados en Nochebuena. «No tiene nada que ver. Son dos hechos aislados».
Víctor Manuel Reinoso y Chuchi Maestegui ya se han reunido para abordar la reparación de la bicicleta. «Ellos son los que tienen que decidir y el Ayuntamiento les apoyará en lo que pueda», ha dicho el alcalde.
Si alguna lectura positiva se puede sacar de lo ocurrido, «es que nos han obligado a ponernos las pilas», ha destacado Maestegui. El espíritu de Los 10.000 del Soplao se ha reactivado. «Esto nos motiva a hacer algo mejor».
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