Como estaba previsto, a las 18.00 horas la imagen de la Virgen de la Barquera era embarcada en el pesquero 'Siempre Santa María' mientras la Banda de Cornetas y Tambores de San Vicente hacía sonar los acordes del himno nacional al tiempo que se lanzaban al aire cientos de cohetes y la sirena del puerto y del resto de embarcaciones sonaban en señal de alegría al rememorar este momento tan especial para los barquereños y, más concretamente, para los marineros.
El 'Siempre Santa María' se situó a la cabeza de la procesión acompañado por el resto de la flota barquereña repleta del número de romeros permitidos y tan solo pudo llegar hasta la bocana de acceso al puerto para retornar nuevamente al muelle pesquero en un corto trayecto de apenas quince minutos.
Con anterioridad, la imagen de Virgen de la Barquera había sido llevada en procesión terrestre desde la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles hasta el puerto, acompañada en todo el trayecto por miles de fieles y por representantes institucionales, entre las que se encontraban el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, la vicepresidenta, Eva Díaz Tezanos y el delegado del Gobierno, Eduardo Echevarría, junto a diputados nacionales y regionales, además del alcalde barquereño, regidores de la comarca y algunos de los cabeza de lista en los próximos comicios regionales y locales.
En el último tramo de ese recorrido por la calles de la villa, en el que la imagen de la patrona de San Vicente es llevada por los 48 picayos que se van turnando en grupos de doce para llevar sobre sus hombros los aproximadamente 300 kilos de la imagen de la Virgen con sus andas y todos los adornos que la acompañan, le tocó el turno a la joven Sara Miguel. Se convertía así la joven barquereña en la primer mujer en la centenaria historia de esta fiesta que porta la virgen sobre sus hombros, tarea que hasta el momento tan solo estaba reservada a los hombres. Al igual que ha ocurrido en los últimos años con otros muchos ritos y fiestas tradicionales, La Folía se ha adaptado a los nuevos tiempos atendido asía sus demandas de una participación más activa en la procesión.
Mientras llevaba a su patrona, Sara se mostraba feliz al ver cumplido su sueño. «En estos momentos me llegan muchas emociones, sentimientos y recuerdos, especialmente el de mi padre que me inculcó y con el compartí la devoción a la Virgen de la Barquera», declaraba emocionada.
Sara, junto a sus compañeros llevó a la patrona hasta el punto habitual de la avenida de los Soportales, en donde las dieciséis picayas volvieron a interpretar las antiguas melodías acompañadas por el toque de pandereta y los pasos reverenciales que constituyen también uno de los momentos estelares y más esperados de la fiesta y para el que se preparan durante largos meses de ensayos. Esta actuación es el preámbulo al embarque de la Virgen.
Entre esas dieciséis picayas elegidas para esta ocasión se encontraba la joven Alba Gómez que, con sus quince años, se estrenaba en una tarea que soñaba realizar desde niña. «He vivido ese momento primero con muchos nervios pero también con mucha ilusión por cantar a la patrona. Me siento muy satisfecha», reconocía al terminar el baile.
El largo ciclo de La Folía, que se inició el sábado Santo cuando la imagen de la patrona de San Vicente era llevada desde su santuario a la iglesia parroquial, finalizó este domingo devolviéndola a su ermita totalmente abarrotada de fieles, en donde nuevamente volvieron a actuar las picayas para concluir con el cántico por parte de todos los asistentes' de la emotiva 'Salve marinera'.
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