Bordas y Jaracho salen a hombros en Treceño

Abrió el festejo Óscar Bordas, burgalés, conocido ya por los aficionados de la región, con una buena cuadra de caballos. Encandiló al respetable ya antes de que de toriles saliese el primero de la tarde, a base de mostrar la buena doma del caballo con el que realizó el paseíllo. Este novillo de Pedraza de Yeltes salió fuerte de toriles, con velocidad. Bien Bordas con los de castigo, arriesgando en banderillas sin dejar tocar la cabalgadura. Mejor con las cortas al cerrar la faena. Mató de un rejonazo trasero y golpe de verduguillo. Dos orejas.

Roberto Martín Jarocho es un chaval de estirpe taurina. Hijo de matador de toros y ahora uno de los banderilleros más importantes del escalafón. El sábado había toreado con éxito cuatro toros en su pueblo, Huerta del Rey, donde resultó cogido sin más que un fuerte golpe en la rodilla y el susto. Al primer novillo de su lote, muy bien hecho, lo toreó con verdad y mucho gusto con la capa. Verónicas muy ceñidas, una larga cambiada, gaoneras y una media de rodillas que le costó un revolcón. Soberbio en banderillas, cuajó una buena faena en redondo, de pases largos rematados con gusto. Tuvo que someterle por el pitón izquierdo por donde sacó tres tandas de mucha calidad. Pinchazo arriba y estocada caída. Dos orejas.

El cuarto fue un novillo con romana que salió distraído de los chiqueros. Más lento que su hermano transmitió muy poco. Se vino arriba en banderillas, sacando una punta de bravura, en la tónica de todo el festejo. De nuevo Bordas gustó con sus pares al violín y las dos cortas finales. Pinchazo, estocada algo trasera y descabello. Dos orejas que paseó feliz, repartiendo sonrisas y parabienes.

Cerró un novillo que hizo cosas muy buenas de salida. Bien Jarocho con la capa, variado y siempre muy ceñido. Otra vez se lució con los garapullos. Buen ejemplo tiene en casa. Templó mucho en los pases en redondo, bajando la mano y rematando atrás los pases. Destacaron las tandas por naturales, con mando y en el centro del redondel. Se arrimó para terminar la faena. Pinchazo, pinchazo hondo y se tumba. Dos orejas y al novillo se le premió con una merecida vuelta al ruedo. Jarocho está para pasar a los del castoreño cuando quiera. Destacar finalmente la labor ejercida desde el palco por el alcalde del municipio, Lorenzo González.