Secciones
Servicios
Destacamos
Varios troncos de un marrón oscuro descansan estos días sobre la arena de la playa de Oyambre. Aparecieron el miércoles, tras una de esas mareas en las que el mar decide llevarse consigo más arena de la habitual. Trozos de madera que parecían «suciedad», el ... rastro de un gran temporal marítimo, pero no. Se trata, según han asegurado los entendidos en la materia, de los restos de un antiguo bosque que permanecen ocultos bajo la arena y en perfecto estado de conservación. El hallazgo es cuanto menos curioso y ha despertado el interés de asiduos y no tan asiduos sobre el arenal del Pájaro Amarillo. Según el naturalista y experto en trashumancia Suso Garzón, «el bosque tiene seis mil años de antigüedad y estaba en la marisma, que fue cubierta tras la subida del nivel del mar después del deshielo de la época glaciar». Las especies que poblaban la masa vegetativa eran «pinos y avellanos», lo que explica que en las ocasiones anteriores en que ha quedado al descubierto el bosque «se encontraran también piñas».
El motivo por el que en los últimos años cada cierto tiempo Oyambre vuelve a destapar su secreto «es que la duna se está erosionando como consecuencia de la subida del nivel del mar que se está produciendo debido al cambio climático», advierte Garzón.
Lo que más llama la atención de este antiguo bosque es que sus restos no se hayan fosilizado, a lo que sin embargo los expertos encuentran una explicación lógica. «Se trata de materia orgánica que, al permanecer cubierta de arena y de agua salada, no ha entrado en contacto con el oxígeno, por lo que no se descompone», razona Juan Carlos, agente del Medio Natural. Él fue uno de los primeros en acudir a visualizar los troncos de la masa forestal que emergían de la arena. «Es una prueba de hasta donde llegaba antes el monte», relata.
LOS RESTOS
FRECUENCIA
La aparición del esqueleto de estos árboles sobre la arena es para María Cobo «un fenómeno de la naturaleza que no había visto nunca». Esta vecina que pasea todos los días por la playa de Oyambre, cuyo paisaje venera y admira, asegura que los troncos «están en perfecto estado, como si los hubieran cortado ayer» y se sorprende de que «se hayan podido conservar durante tantos miles de años». «Es impresionante, llevo media década recorriéndome este arenal y me he llevado una sorpresa enorme». Como ella, varios curiosos se acercan estos días a conocer el bosque oculto de Oyambre. Tendrán que darse prisa, porque el mar volverá a depositar la arena en su lugar y los troncos desaparecerán de nuevo. Aunque habrá más oportunidades porque, tal y como indica Garzón, «es un suceso recurrente que se produce cada varios años».
De lejos pueden parecer manchas de fuel e incluso rastrojos, pero al acercarse uno se da cuenta de que se trata de troncos de árboles que ocupan el extremo izquierdo de la playa, «a la altura del monumento del Pájaro Amarillo». Así lo atestigua también la directora del parque natural, Raquel Sánchez. «Da la impresión de que es contaminación, pero enseguida se ve claramente que se trata de arbolado». Además, señala, «esta vez han quedado al descubierto más restos que en otras ocasiones, quizá porque la marea ha sido muy fuerte y se ha llevado gran cantidad de arena», afirma impactada. Que el secreto de Oyambre haya salido a la superficie ha llamado la atención y sin duda es una «suerte» poder disfrutar de algo así, a pesar de que se deba al innegable cambio climático.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.