Secciones
Servicios
Destacamos
Los propietarios del edificio número 5 de la calle Virgen del Campo de Cabezón de la Sal procederán esta semana al derribo parcial del inmueble ante el requerimiento realizado por el Ayuntamiento hace aproximadamente dos semanas. La construcción, de dos plantas, que pertenece a ... la familia Rojo y ata de principios del siglo pasado, ha permanecido en desuso durante los últimos treinta y un años y «presenta bastante deterioro», según informó la arquitecta municipal, Rosa María Andrés. El Consistorio llevó a cabo la semana pasada el vallado de la zona en la que se encuentra el edificio y ha cortado uno de los dos carriles de la carretera N-634, que discurre paralela a la infraestructura, «por el peligro de que se desprendiera algún elemento del inmueble, dada la previsión climatológica», concretó Andrés.
El alcalde de la localidad, Víctor Manuel Reinoso, explicó ayer que «estábamos pendientes del informe de Carreteras que nos permitía cerrar el vial contiguo y empezar a ejecutar las obras». Una vez solucionado este trámite y garantizada la seguridad, la familia a la que pertenece la antigua casa, situada en una de las calles principales de Cabezón, procederá a su derribo de forma inminente. Los trabajos consistirán en tirar el tejado, la primera y la segunda planta y dejar tan solo las cuatro paredes de la planta baja y las vigas que sostienen el edificio. Una vez efectuada la obra solo quedará en pie el esqueleto de la infraestructura. El edificio albergó durante muchos años uno de los establecimientos de hostelería más famosos del municipio, llamado 'Picos de Europa', que además era fonda y disponía de varias habitaciones que servían de hospedaje, donde también residía la familia. La actividad cesó a finales de los años ochenta y desde entonces tan solo se le ha dado un infrecuente uso particular. Se trata de uno de los inmuebles que fueron construidos en hilera en el casco histórico del pueblo, frente al edificio consistorial. Los propietarios son los encargados de sufragar el elevado gasto que conllevan las obras para derruir parte del edificio, que se prolongarán durante unas tres semanas. Mientras, el tráfico continuará estando regulado en esta zona con semáforos y conos para que los vehículos circulen en una única dirección.
Unos metros más allá en la misma calle se encuentran los cimientos del centenario almacén de vinos Hijos de Martín Sánchez, que también fue derribado hace tres años. Las paredes desnudas del antiguo almacén, donde todavía hay colgado un cartel de la campaña electoral, le otorgan a esta zona del municipio un aspecto un tanto desangelado. No parece que la estampa vaya a mejorar mucho tras el derribo parcial del actual edificio. Dos fantasmas en la misma calle.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.