Cabuérniga, de foco del covid a libre de contagios

Son las once de la mañana en Valle de Cabuérniga y hace suficiente fresco como para que al repartidor que descarga su mercancía junto al supermercado se le queden las manos frías. Es una de las pocas personas que transitan por la calle a esta hora. Y a cualquier otra. En Cabuérniga es fácil mantener las distancias. Puede ser una de las razones por las que ahora mismo hay cero casos de covid en el municipio. O puede que no. «Con esto nunca se sabe», explica Carlos Fernández mientras se enciende un cigarro fuera del bar El Valle. Lo dice porque aunque ahora es un territorio libre de virus, todos recuerdan el brote de 39 casos que se dio en la residencia de ancianos Santa Ana de Terán en pleno confinamiento. «Fueron momentos duros -reconoce este vecino- y ahora la cosa está regulada, pero puede cambiar en cualquier momento». El virus es impredecible y caprichoso y que te toque es también -un poco- cuestión de suerte.

A los vecinos les sorprende que no haya habido brotes este verano «con toda la gente que ha venido de fuera», comentan dos mujeres mientras toman un café en la terraza del mismo bar. Vecinas de Viaña, que prefieren mantener el anonimato porque trabajan precisamente en la residencia de Terán. Por su expresión, parece que a ellas el turismo ni sí, ni no. «Menudo verano», confirman. «Como nunca ¿eh?», comenta José Antonio González, un vecino interesado en unirse a la conversación. ¿Y qué hacían? ¿Salían o se quedaban en casa? «Salíamos con mucha precaución y procurando no juntarnos con la gente». Las de Viaña le vieron las orejas al lobo cuando se dio el brote en la residencia de mayores. «Si esa situación se llega a alargar no llegamos al verano», relatan. Hicieron un esfuerzo ímprobo para que el covid no se propagara fuera de las fronteras de la residencia. Los positivos se fueron curando y convirtiendo en negativos.

En esta nueva realidad un signo puede resultar determinante. A la labor de estos profesionales atribuye el alcalde, Nicolás Toral, los buenos datos del municipio cabuérnigo. «Hay que destacar el excelente trabajo que se está realizando en la residencia y también en el colegio Manuel Llano, con el sobreesfuerzo de los profesionales». «Por lo demás -aclara el regidor- no hacemos nada diferente a lo que se puede estar haciendo en cualquier otro municipio de Cantabria». No hay fórmulas mágicas para burlar al coronavirus, pero sí medidas para tratar de esquivarlo.

En la televisión del bar El Valle se habla de eso. El propietario, Alfonso Sarabia, comprueba fuera cómo dos trabajadores montan una nueva terraza cubierta exterior. «El local es pequeño y la gente prefiere estar en la calle», señala. La «mejor chuleta de Cantabria» que se anuncia en una pizarra apoyada contra la puerta no es reclamo suficiente. Dentro de su local, las conversaciones suelen girar en torno al mismo tema. La dichosa pandemia. «En el bar se comenta constantemente y eso que ahora los vecinos ya lo llevan con más calma, porque se han tenido que acomodar a la nueva situación», relata Alfonso.

Una opinión similar a la que expresa Patricia Oria, empleada de la farmacia. «Las personas están más relajadas y aquí vive mucha gente mayor, que también suele ser más responsable». Eso sí, cuando se dio el brote «tuvimos mucha precaución e intensidad de trabajo, porque nos cogió desprevenidos». Los entornos rurales se presuponían más seguros. Cabuérniga lo es ahora, pero a algunos vecinos todavía les cuesta relajarse. «Yo solamente salgo a lo imprescindible», afirma Joaquina Fernández, vecina de Renedo, mientras espera su turno para entrar al banco. «Aunque no haya casos, sigo teniendo miedo. Voy al banco, a la peluquería y a hacer la compra». No le sorprende que ahora no haya positivos en Cabuérniga «No sé, al ser un pueblo parece como que hay más aire ¿no?».