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La alcaldesa de Cabuérniga, Rosa Fernández (PP), ha solicitado a la Consejería de Obras Públicas la construcción de un aparcamiento disuasorio en Carmona «para evitar que los vehículos accedan al casco histórico». La regidora popular asegura que «existe una resolución firmada por la propia Consejería ... para prestarnos la ayuda necesaria y entiendo que las obras deben comenzar inmediatamente y no esperar al año electoral de 2023», adelantó. La alcaldesa se reunió con el consejero José Luis Gochicoa el pasado 17 de diciembre y según afirma, «no salió nada en claro de dicho encuentro», ya que las relaciones entre ambas instituciones no son muy fluidas. A pesar de todo, Fernández insiste en la necesidad de instar a los turistas a aparcar fuera del pueblo de Carmona, declarado Conjunto Histórico Artístico y perteneciente a la Asociación de Pueblos más Bonitos de España.
Carmona es uno de los núcleos de Cabuérniga que más visitantes recibe en época estival. La morfología de sus calles y el encanto de las construcciones, que se han levantado siguiendo los estrictos parámetros sobre cómo deben ser las edificaciones en este tipo de entornos rurales, atraen cada año a más turistas. Una tendencia que se ha visto favorecida tras la inclusión del pueblo en la Asociación de Pueblos más Bonitos de España. Tanto es así, y esta es la otra cara de la moneda, que el Consistorio se plantea cómo compatibilizar el incremento del turismo con la rutina de sus habitantes. «Los visitantes vienen con la mejor intención, pero hay que respetar las calles y tirar los residuos a la basura, algo que no siempre se cumple», opina la regidora, quien considera «fundamental» evitar el trasiego de vehículos en el casco histórico, una medida que ya se lleva a cabo en otros conjuntos como Barcena Mayor o Santillana del Mar.
«El proyecto que planteamos consistiría en crear un estacionamiento en la carretera que baja de Puentenansa en dirección a Cabuérniga, e incluso otro aparcamiento más pequeño a la entrada del pueblo», dice la alcaldesa. Para acometer esta última actuación, «es necesario restaurar un puente, para lo que hemos establecido contacto con la Confederación Hidrográfica del Cantábrico», concretó.
La intención de la regidora es extender la iniciativa al pueblo de Viaña,«que también se está poniendo muy de moda», y construir en este enclave otro estacionamiento disuasorio. Aunque no es una cifra definitiva, Fernández calcula que el proyecto pueda costar «unos 80.000 euros». «No espero que la Consejería acometa ambas actuaciones en este momento, pero tampoco que lo deje todo para el año que viene», explica. E insiste: «Es una forma de luchar contra la despoblación y evitar que los pueblos se vacíen». La pelota vuelve a estar ahora en el tejado del Ejecutivo.
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