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El Capricho de Gaudí es un monumento en constante evolución y nunca se termina de descubrir del todo. El edificio que a finales del siglo ... XIX construyera el joven arquitecto catalán en Comillas para el indiano Máximo Díaz de Quijano es el caramelo arquitectónico de la villa modernista más saboreado por los turistas. Tan solo cierra cinco días al año, entre el 27 y el 31 de enero, para realizar obras de mantenimiento y ventilar las habitaciones por las que circula el aire y alguna clave de sol. El próximo viernes está prevista su reapertura con una novedad impulsada por su director, Carlos Mirapeix, que tiene como objetivo que el visitante pueda ver el edificio en su totalidad, tal y como lo diseñó Gaudí en 1883. El próximo paso en esta dirección lo dará pasado mañana. «Vamos a abrir al público la planta semisótano entera», adelantó ayer Mirapeix. Hasta ahora, solo se visitaba la planta principal y la cubierta o el desván. Nada más, o nada menos. A partir del viernes sin embargo el recorrido del público comenzará en los bajos del Capricho, donde hay tres salas que Mirapeix está llenando de contenido y una escalera «que casi nadie ha visto».
Se trata, según la idea original de Gaudí, «de la zona de la vivienda en la que se ubicaba la bodega, un comedor y las dependencias del personal que trabajaba en la casa», aclaró el director del complejo, quien destaca por encima de todo «la escalera de caracol de madera y hierro» por la que a partir de ahora se podrá subir y bajar. «También habrá una sala de vídeo y una zona didáctica con libros donde la gente pueda leer sobre la historia de Comillas y su arquitectura antes de comenzar la visita». Una forma de contextualizar la experiencia de ver el Capricho. «También queremos instalar una exposición de fotografías antiguas de la villa para que el visitante conozca Comillas». Un 'aperitivo' antes del plato principal. El objetivo del director no es otro que mostrar todas las extremidades del Capricho tal y como lo diseñó el arquitecto catalán. Un camino que empezó a recorrer hace varios años y que no termina aquí, porque los recovecos de este imponente edificio musical, con elementos de la naturaleza, son difíciles de descubrir, pero no imposibles. Mirapeix lo sabe y por eso su gran proyecto con respecto al inmueble se basa precisamente «en llegar a mostrarlo en su totalidad» y hacer que esta casa se parezca cada vez más a la que fue propiedad del indiano Quijano, que no pudo disfrutar de la vivienda porque murió el mismo año que terminó de construirse.
La visita se completa con la realización de talleres, eventos o congresos, como el del próximo día 20 de febrero sobre 'El arte de compartir'. En él participarán cuatro expertos en temas de cultura y patrimonio que hablarán sobre las nuevas tecnologías y los museos. El evento es gratuito y cuenta con 60 plazas. El Capricho organiza este tipo de propuestas para enriquecer la oferta cultural. El pasado verano realizó visitas teatralizadas, en las que dos actores interpretaban al joven Gaudí y al indiano propietario de la espectacular casa.
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