Como se explicó en la tensa reunión del miércoles en Valle entre los responsables de la consejería y los vecinos afectados, existía la posibilidad de que cayeran «en cualquier momento miles de metros cúbicos de tierra y roca como consecuencia de las innumerables grietas». Un talud de unos 110 metros de alto -un edificio de unos 30 plantas- se había desplazado unos 50 metros hacia el río. Las consecuencias más importantes fueron el hundimiento lateral de la carretera, la destrucción de varios muros de sostenibilidad de la misma y de las escolleras del talud del desmonte. Por seguridad, se decidió cortar la carretera y hasta hoy. O mejor dicho, hasta el próximo sábado, momento en el que el Gobierno regional espera haber 'controlado' el terreno y abrir durante en horario diurno uno de los carriles.
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24 de enero
A las 10.04 se avisa de un argayo y a las 11.30 se empieza a retirar la primera tierra. Técnicos evalúan la incidencia.
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26 de enero
Comienzan los sondeos geológicos para conocer el tipo de terreno y ver la magnitud del argayo.
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29 de enero
Se inician los desbroces y talas en el talud para permitir el paso a las máquinas.
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31 de enero
Las máquinas retroexcavadoras comienzan a retirar tierra desde la parte alta de la montaña. Se sigue trabajando aquí.
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6 de febrero
Se instalan las pantallas anticaída de piedras y se empieza a reparar el muro de la carretera.
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7 de febrero
Los camiones inician el traslado de tierra a un vertedero autorizado en horario nocturno.
Para entonces habrán transcurrido tres semanas. Según los ingenieros del departamento que dirige José María Mazón, tres semanas en las que se han completado los sondeos, se han redactado las distintas soluciones técnicas, se han valorado con los expertos y se ha comenzado a ejecutar la actuación. Todo en un «tiempo récord». «Entiendo que la gente quiere una solución, pero tiene que comprender que no hemos estado cruzados de brazos. Hemos estado trabajando desde el primer momento pero es una actuación muy compleja y no tenemos una varita mágica. Además, hay que tener en cuenta que a la vez estábamos actuando en otros 45 puntos con problemas similares», explica el consejero, quien insiste que «esto es mucho más que un simple argayo».
«Entiendo que la gente quiere una solución, pero trabajamos allí desde el primer día. No existen varitas mágicas»
José María Mazón | Consejero de Obras Públicas
Y se defiende de las voces que acusan al Gobierno de tardanza. Según Mazón, en esta obra se ha aplicado la tramitación de emergencia -dos pasos por encima de la normal y uno por encima de la de urgencia- para que el proyecto no pase por el Boletín Oficial del Estado y agilizar la contratación. Este procedimiento sólo está permitido en casos de catástrofe, necesidades que afecten a las seguridad nacional o situaciones que supongan un grave peligro.
De hecho, ya ha comenzado una obra que se estima que costará al menos dos millones de euros. A modo de resumen, la actuación consta de cuatro fases. Primero se retirarán las 80.000 toneladas de tierra, después se levantara un muro-pantalla de hormigón armado con anclajes en diversos niveles, si es necesario se realizará una sujeción del macizo rocoso y posteriormente se llevará a cabo la realización integral de la carretera. Actualmente, se está en la primera etapa. Con cuatro retroexcavadoras, un bulldoze y doce camiones se extrae la tierra, una labor que entraña «un peligro» para los operarios pero que es indispensable. A la vez, se ha colocado una pantalla de protección anticaída de piedras y se ha comenzado la reparación de los muros de la calzada.
El puente y la pista
El corrimiento de tierras no sólo afectó a la CA-180, también dejó inutilizado el puente que conduce al monte Aá. Aunque al otro lado del río no hay población estable, sí que impide el paso a algunas cabañas y ganaderías. Ahora, para llegar hasta ellas hay que dar un rodeo considerable. No queda otra que desmontar lo que queda de la estructura y crear una nueva. En este caso, será el Ayuntamiento de Ruente, que ya ha comenzado los trámites administrativos. Esta obra es independiente con la del corrimiento de tierras y no se incluye en el presupuesto de dos millones de euros. Tendrá que asumirlo el consistorio, aunque solicitará ayudas tanto al Gobierno de Cantabria como al Estado. La Consejería de Obras Públicas se ha mostrado dispuesta a dar asistencia técnica para redactar el proyecto y detalla que el nuevo puente podría tener otra estructura y una nueva ubicación.
Además, Medio Rural está terminando de habilitar una pista forestal que rodeará por detrás el argayo para que los vecinos puedan llegar desde Ruente hasta Cabuérniga. Se trata de un camino que sólo podrá transitarse con vehículos todoterreno y que conectará Ucieda de Arriba con Barcenillas a través del collado de esta última localidad. Parte de la pista ya existe pero se mejorará con reparaciones y tubos para pasos de agua y otro tramo se hará nuevo.
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