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El carro varadero del puerto de San Vicente de la Barquera continúa resultando prácticamente inútil para la mayor parte de la flota de cerco. La falta de mantenimiento y la deficiente instalación eléctrica de la estructura lastra la operatividad del muelle barquereño, cuando se ... supone que el carro está preparado para dar servicio a barcos de gran tonelaje, y sin embargo permanece infrautilizado desde hace años.
Entre los problemas que ocasiona la instalación, está la acumulación de arena y sedimentos que registran los raíles en la parte más baja de la rampa, lo que impide que el carro llegue a esta zona y por tanto cuente con el calado suficiente para acceder al muelle. También supone un inconveniente para el buen funcionamiento de la estructura el cable que arrastra el carro. Tanto es así que los operarios han avisado en varias ocasiones de que, si no se renueva dicho cable, «nada garantiza que pueda aguantar el peso y arrastrar los barcos de mayor tonelaje», explica el presidente de la Cofradía de Pescadores, Emilio Bustamante. Por no hablar de los daños que podrían sufrir los trabajadores si falla el cable en cuestión. Una situación que el presidente de la cofradía considera «inexplicable».
Por si fuera poco, la instalación no cuenta con el suministro de energía eléctrica suficiente para surtir a los dos motores que se emplean en las maniobras de carga y descarga de las embarcaciones. Un despropósito al que se añade que la zona donde se sitúa el carro varadero no se limpia de la forma adecuada. Tanto el presidente de la Cofradía como los marineros que operan en el muelle barquereño han manifestado su queja por el mal funcionamiento de la plataforma y las molestias continuas que les causa. Sin embargo, «hasta el momento no se nos ha dado una respuesta satisfactoria», declaran.
Así las cosas, los usuarios se ven obligados a emplear las instalaciones de otros puertos cántabros cuando tienen que reparar alguna avería o realizar las habituales labores de mantenimiento que necesitan las embarcaciones.
El carro varadero fue instalado en el puerto barquereño hace más de tres décadas con una inversión nada desdeñable de 600.000 euros. Entonces se consideró la «joya de la corona». Un equipamiento de primer nivel que no solo daba respuesta a la demanda de la flota local, sino que incluso podría ser un atractivo para embarcaciones de grandes tonelajes de otros puertos de Cantabria y de Asturias. Además, el nuevo carro iba a favorecer, según se anunció entonces, la instalación de talleres de reparación en el muelle, pero hoy la realidad es otra.
Durante estos últimos años, la gestión de la gafada instalación portuaria ahora infrautilizada la viene realizando la empresa Martínez Díez SL después de que se lo adjudicara el Gobierno de Cantabria a través de la Dirección General de Puertos.
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