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El Centro Militar de Cría Caballar de Ibio, en Mazcuerras, llevó a cabo ayer el acto de presentación de sus sementales, yeguas y potros en ... una jornada de puertas abiertas a la que acudió numeroso público. Un año más, el centro presentó sus 150 caballos, entre los que están representadas todas las razas puras que hay en España: el caballo de deporte español, pura raza español, pura raza árabe, anglo árabe, hispano árabe, bretón e hispano bretón. Tal y como explicó el teniente coronel, Eugenio Heredia, «intentamos aproximar el caballo a la gente y que vean que tiene muchas posibilidades de ocio, de trabajo y de formación». En el centro público se crían desde hace años caballos de diferentes razas con funciones diversas, entre ellas presentar los sementales a los ganaderos en la temporada de cubrición, «que tendrá lugar en 65 días», confirmó Heredia.
Además, en la yeguada, tal y como se ha conocido siempre este lugar, «se ofrece una genética de calidad a los ganaderos a un precio público muy barato». Por ejemplo, «una inseminación de un caballo bretón cuesta 58 euros, algo por lo que en Europa se paga mucho más dinero». De esta forma, «intentamos realizar un servicio público, no solo criar para lograr cada vez una mejor genética que ofrecer a los ganaderos a través de los sementales». Todos los años se realiza una subasta pública con los excedentes de plantilla, algo que valoran los ganaderos de Cantabria.
Este año, en el centro de Ibio trabajan 23 chicos y chicas que participan en el taller de empleo con el que obtendrán un certificado en manejo y cuidado de caballos o un certificado en guarnicionería. En este sentido, «el año que viene esperamos ser pioneros en realizar una escuela taller dirigida a ocho personas que se encuentren en el paro de entre 16 y 25 años, que realizarán un curso de doma inicial donde aprenderán a desbravar potros», adelantó el teniente coronel. Para ello, se contratará a monitores civiles y será condición indispensable saber montar.
Entre los asistentes se encontraban Curro Pérez, Enrique Gutiérrez y Santiago Ortíz, de Oreña, Ibio y Cerrazo respectivamente. Llevaban en el recinto desde las diez de la mañana. «Venimos todos los años porque nos encanta y siempre hemos tenido caballos». Santiago aún conserva cuatro yeguas y un caballo. Los tres prefieren los bretones a los otros, pero ninguno los comprarían. «Con los años que tenemos ¿qué íbamos a hacer con ellos?». Observando el desfile se encontraban también Juan Manuel Valles y su mujer, de Reinosa. «Tenemos una nieta aquí», decían. A su lado estaban Fernando Cayón y Ana García, de El Astillero, poseedores de nueve caballos y dos que vienen en camino, y son árabes y anglo árabes. Los dos sabían lo que estaban viendo «y deportivamente estos no están competidos», afirmaban. Y cerca se encontraban Tom Blanco y Pablo Gómez. El primero acudía desde Burgos. «Se venden caballos en la subasta muy contrastados, con buenos criterios y a precios asequibles», explicaban.
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Nacho González Ucelay
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